Un frutero lleno de varias frutas descansa sobre una mesa de cristal protegida por un mantel impermeable de color gris antracita. Un racimo de uva, tres kiwis, dos manzanas, cuatro plátanos y tres mandarinas, reposan en una bandeja de acero inoxidable que hace de frutero encima de dicha mesa. A la mesa, la envuelven cuatro ligeras sillas de red negra y patas de metal. Alrededor de ésta, solo armarios blancos por arriba y por abajo colgados de la pared de igual color que el mantel y coronados por más blanco en forma de mármol. Si no fuera por las frutas que descansan sobre este recipiente encima de la mencionada mesa, y el dibujo de una Coraline coloreada a placer que existe imantada en la nevera, puede decirse que los únicos colores protagonistas son el gris hosco y el blanco. En las cocinas, ha de haber mucho blanco. El blanco, que como el negro es ausencia del color, ilumina cualquier espacio que lo tenga y hace resaltar cualquier cosa que se instale entre él y su inverso. Las cocinas de hoy, las cocinas de ayer, siempre fueron estrellas con el banco. Exceptuando, quizás, una época en que se puso de moda colorearlo todo y por fin pasó, el blanco era y es delicadeza, honestidad, inocencia, es el ídolo en las cocinas y en los baños, en las camas y en las paredes de cualquier hogar. Hoy, el color se reinstala en las paredes pero son pocas las paredes que realmente lo toleran. Pintar una pared de amarillo o morado, significa tener que adaptar, si no quieres acabar aborreciendo dicha estancia, cada objeto que se halle en dicho perímetro con el amarillo o el morado. Todo un fastidio. Si no dispones de muchos recursos para cambiar todo lo que haya dentro de la habitación que te dispones a colorear, opta por un blanco, un blanco verdoso o azulado, grisáceo o ligeramente tostado, pero, siempre que sea blanco. Una estancia en blanco, puede traerte más imaginación, puede asumir a otros colores que no sean protagonistas aunque destaquen. El blanco, siempre invita, el gris adusto, o negro, acentúan el blanco y le dan empaque. Los demás colores, solo tendrían que ser el toque de gracia o la idiosincrasia del sitio.
En tu vida, siempre tendría que haber dos principios, el blanco, el negro, o el blanco y el negro hermanados para exaltar el resto. Debe haber, además, muchas alternativas de colores, aunque sin permitirlas ser más que opciones de quita y pon, de trasladaras si lo opinas necesario, o de acomodarlas si lo crees plausible. No te compliques la estancia con colores alternativos. Por mucho que te cautiven, no harán más que enmarañarte la existencia con su presencia. Los colores son como el vino, admisibles en su justa medida, incluso favorables, pero, pueden llegar a ser temibles cuando alcanzan el protagonismo en cualquier significación alrededor tuyo. Escoge el blanco, y matízalo ligeramente con un tono que lo sosiegue, si quieres. Escoge un negro, afréntalo o déjalo tal cual si tienes suficientes fuerzas. Y encima y alrededor, ubica cada cosa que estimes y como te parezca. Nunca te harán sufrir por ausencia de concordia. Nunca sentirás que desencajan con tu elección.
En tu vida, siempre tendría que haber dos principios, el blanco, el negro, o el blanco y el negro hermanados para exaltar el resto. Debe haber, además, muchas alternativas de colores, aunque sin permitirlas ser más que opciones de quita y pon, de trasladaras si lo opinas necesario, o de acomodarlas si lo crees plausible. No te compliques la estancia con colores alternativos. Por mucho que te cautiven, no harán más que enmarañarte la existencia con su presencia. Los colores son como el vino, admisibles en su justa medida, incluso favorables, pero, pueden llegar a ser temibles cuando alcanzan el protagonismo en cualquier significación alrededor tuyo. Escoge el blanco, y matízalo ligeramente con un tono que lo sosiegue, si quieres. Escoge un negro, afréntalo o déjalo tal cual si tienes suficientes fuerzas. Y encima y alrededor, ubica cada cosa que estimes y como te parezca. Nunca te harán sufrir por ausencia de concordia. Nunca sentirás que desencajan con tu elección.
1 comentari:
Estoy de acuerdo con tus comentarios Mek,pero a veces trasladándolos a otros aspectos de la vida, es más difícil la elección, por ponerte un símil que seguro sabrás interpretar, en la pintura, hay que mezclar con otros colores el blanco, para que la luz que intentamos proporcionar en ese mismo blanco, sea radiante, así como para que la sombra, se vea como sombra,y el negro puro casi nunca se usa, siempre es a costa de mezclar otros colores, algo así como la vida misma. Ya sabes, como siempre, un beso enorme. Valle.
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