alma invertida

26.05.2010

Hay algo que me pone de mala leche y es,  la mala leche. No puedo reprimirla cuando en vez de argumentos, leo  tirria  y escucho aversión. Desde ayer, en los medios catalanes que anunciaron la cogida del torero, no paran de colarse comentarios de distintas personas que no las entendería, si supiera leer,  ni el mismísimo toro. Respetan la vida, dicen. Incluso osan decir que el torero es merecedor de su mala suerte  (Esta tesis, la  utilizaba yo con quince años) No comprenden, no toleran. No crecen ni dejan que otros crezcamos sin atiborrarnos de su propia vitamina.   
 ¡Menudo sentido del respeto, además! Es como si yo, que no comprendo cómo alguien puede chutarse día sí y otro también, apoyara a  una plataforma que pide una ley que prohíba que  el Estado ayude a  los drogodependientes. Leer y haber escuchado a la antitaurinofobia,  las últimas 24 horas, es  insultante. Es, casi tan surrealista como cuando alguien opina, convencido:  “ El tiempo,(a quien sea) le pasará factura ”. Miren, y una mierda… La justicia natural, no existe, y si existiera,  tendría  otras ocupaciones que la de meterse con su  suerte o con  la mía. Algunos de ustedes,  creen que el mundo es justo o debería serlo, ustedes quieren hacerlo un poco más digno, me parece loable, pero, empléense en causas un poco más de peso y con menos estridencia, porque,  ese toro enamorao de la luna, , les guste o no, acabara asesinado por un ser humano, sea en una plaza de toros o sea en un matadero. En cualquier caso, no llegará a la universidad ni a ser su mascota. En cualquier caso, pueden intentarlo, y creerse con más altura moral que algunos y algunas, pero, empléense en cualquier otro momento,  no a raíz de una adversidad ajena. Esto, es algo muy  ruin, ni que lo haga  toda una respetable comentarista. Lo haga la Rahola, o lo haga el mismísimo  Sostres.  Le acaba de pasar a usted como al torero,  señora Rahola. Aclaremos.  Le acaba de pasar a usted como dice  usted que le ha pasado al torero: “Pobre noi, no és aquell   que aclamava tant a la mort? Doncs es clar, al final tan anar a l'era..."
No la he escuchado a usted, antes, mayor  estupidez, Pilar, y mira que llevo tiempo escuchándola y leyéndola, aunque lo suyo sí que tiene una explicación, rigurosamente  lógica: Opina de todo y en cualquier sitio, pero, es imposible que todo lo borde  y no sabe callar ni debajo del agua. Hoy, ha metido la gamba hasta el fondo. A usted,  la pagan por opinar, por estar informada y por batallar con las opiniones de otros, no le pagan por hacer comentarios fáciles, ni por ironizar cuando alguien está en la UVI. Ni desde luego,  deberían pagarle para ponerme de mala leche. Para esto, sirve cualquier imbécil, para esto, sirvo hasta yo. Usted, sentencia, y para ello se instala en la televisión o en la radio, en un periódico o en cualquier otro aforo. Siempre cobrando, nunca gratis. A veces, muy lucidamente, y otras, como hoy, de una forma mezquina. Puede ser que el toreo sea un espectáculo cruel,  hasta estoy dispuesta a aceptarlo, pero, escuchar  comentarios como el suyo de hoy, es un espectáculo lamentable. Como decía, ayer,  otro lector, tan enfadado como yo por las coletillas vertidas  en algunos medios al respecto: Algunos de ustedes,  tienen el alma invertida.

Cambiar

20.04.2010


Dice Punset, en una de sus charlas,  que para llegar a ser feliz  has de ser capaz de cambiar de opinión. En  una de sus conferencias en México, animó a los asistentes a que cerraran los ojos y pensaran en la cama donde  dormían.  (Hazlo)…
Unos instantes después, les propuso  cerrar los ojos, de nuevo, e  imaginar la cama que les gustaría dormir de aquí veinte años (Vuelve  a hacerlo)…
 El resultado, en la mayoría de los casos, es que la cama de nuestro  futuro era muy similar a la cama de nuestro presente, con lo que este ejercicio tan sencillo acredita que somos de piñón fijo y que serlo, dificulta nuestras expectativas de felicidad.
No hay nada que desmotive mas q estar ante alguien que sabes  que nunca cambiará su opinión. Digas lo que le digas, ella-él,  sabe la respuesta o recela de la  tuya. Sugieras lo que sugieras, pondrá peros. Propongas lo que propongas, no supondrá ningún avance que sirva para un acercamiento entre ambos. En su pasado, hay muchas cosas sin resolver, y en su presente, nada que quiera resolver. Igual que en tu pasado, más o menos como en tu presente, solo que tu, quieres y sabes que  puedes cambiar de registro y deseas  hacerlo  y lo harás si descubres hacia donde. Ya lo has hecho. Tiemblas,  cada vez que colocas la mano encima del timón de tu vida, pero, sabes que has de hacerlo si no quieres llegar a un destino que es de cualquiera menos tuyo. El cambio.  Ese anónimo que nos tensa y al que tememos. Por dificultad en cambiar, no cambias ni de opinión, cuando esta es susceptible de renovarse cada dos por tres. Una cosa son los ideales, otra muy distinta, es la escuela. Puedes tener unos ideales muy arraigados, y puedes alimentarte, si quieres,  en  diferentes universidades. Puedes cambiar de opinión según evoluciones en tu  aprendizaje, o según retrocedas. Puedes cambiar de marca de cerveza,  tu voto,  o la costumbre de coger el coche a diario. Puedes probar a poner apio en las lentejas o naranja al salmón.¡ Puedes! No hay nada que arruine más cualquier reciprocidad como la certeza de que no habrá ningún cambio. Eres, somos, seres de felicidad limitada y de imaginación restringida, aferrados a una cama que solo se eleva cuando dormimos, y a veces. 

enlaces:
 http://www.elpais.com/videos/tecnologia/Punset/Gonzalez-Sinde/Foro/industria/cultural/Barcelona/elpeputec/20100330elpeputec_1/Ves/





Colores

11.04.2010

Un frutero lleno de varias frutas descansa sobre una mesa de cristal protegida por un mantel impermeable de color gris antracita. Un racimo de uva, tres kiwis, dos manzanas, cuatro plátanos y tres mandarinas, reposan en una bandeja de acero inoxidable que hace de frutero encima de dicha mesa. A la mesa, la envuelven cuatro ligeras sillas de red negra y patas de metal. Alrededor de ésta, solo armarios blancos por arriba y por abajo colgados de la pared de igual color que el mantel y coronados por más blanco en forma de mármol. Si no fuera por las frutas que descansan sobre este recipiente encima de la mencionada mesa, y el dibujo de una Coraline coloreada a placer que existe imantada en la nevera, puede decirse que los únicos colores protagonistas son el gris hosco y el blanco. En las cocinas, ha de haber mucho blanco. El blanco, que como el negro es ausencia del color, ilumina cualquier espacio que lo tenga y hace resaltar cualquier cosa que se instale entre él y su inverso. Las cocinas de hoy, las cocinas de ayer, siempre fueron estrellas con el banco. Exceptuando, quizás, una época en que se puso de moda colorearlo todo y por fin pasó, el blanco era y es delicadeza, honestidad, inocencia, es el ídolo en las cocinas y en los baños, en las camas y en las paredes de cualquier hogar. Hoy, el color se reinstala en las paredes pero son pocas las paredes que realmente lo toleran. Pintar una pared de amarillo o morado, significa tener que adaptar, si no quieres acabar aborreciendo dicha estancia, cada objeto que se halle en dicho perímetro con el amarillo o el morado. Todo un fastidio. Si no dispones de muchos recursos para cambiar todo lo que haya dentro de la habitación que te dispones a colorear, opta por un blanco, un blanco verdoso o azulado, grisáceo o ligeramente tostado, pero, siempre que sea blanco. Una estancia en blanco, puede traerte más imaginación, puede asumir a otros colores que no sean protagonistas aunque destaquen. El blanco, siempre invita, el gris adusto, o negro, acentúan el blanco y le dan empaque. Los demás colores, solo tendrían que ser el toque de gracia o la idiosincrasia del sitio.

En tu vida, siempre tendría que haber dos principios, el blanco, el negro, o el blanco y el negro hermanados para exaltar el resto. Debe haber, además, muchas alternativas de colores, aunque sin permitirlas ser más que opciones de quita y pon, de trasladaras si lo opinas necesario, o de acomodarlas si lo crees plausible. No te compliques la estancia con colores alternativos. Por mucho que te cautiven, no harán más que enmarañarte la existencia con su presencia. Los colores son como el vino, admisibles en su justa medida, incluso favorables, pero, pueden llegar a ser temibles cuando alcanzan el protagonismo en cualquier significación alrededor tuyo. Escoge el blanco, y matízalo ligeramente con un tono que lo sosiegue, si quieres. Escoge un negro, afréntalo o déjalo tal cual si tienes suficientes fuerzas. Y encima y alrededor, ubica cada cosa que estimes y como te parezca. Nunca te harán sufrir por ausencia de concordia. Nunca sentirás que desencajan con tu elección.

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6.04.2010

Hay pensamientos en la literatura que te dejan sin opinión. Los lees, y te parece tan pulcro lo que expresan, que piensas que hablar encima de sus palabras es casi un pecado. Te pasa a menudo, y eso, que hace meses que no te enganchas a un libro. Esperas, que no haya nada que espere, nada que vigilar ni nada que guardar para coger un libro y dejar que te transporte cual guía en país extraño. Necesitas no tener nada ni nadie que te aguarde bajo ningún concepto. Para escribir, pasa algo parecido. Pero, hay veces, que lees algo que es insuperable y no es que necesites superarlo, es que quieres retenerlo de algún modo y lo mejor es que se fragüe en el silencio. Los silencios, no están de moda. Hay quien piensa que son una muestra de cierta incapacidad. Probablemente así es. Aunque puede ser, también, un tiempo obligado para que algo no se indigeste, para no alterarlo mientras intenta fermentar en alguna parte de ti. Enciendes la radio porque hoy, no puedes permitirte esperar a que algo se desarrolle en tus silencios y escuchas a un ilustrado en economía. Dice, que no hay sabios en economía, solo dictámenes y enmiendas. No lo dice hoy, lo ha dicho otras veces. La radio nos acompaña mientras hacemos cualquier otra cosa, incluso, podemos, pensar vagamente mientras hacemos algo. El sabio economista, dice, que el dinero se retiene. También dice, que si ha habido más circulación en las autopistas esta semana santa, es un síntoma más de la progresiva crisis. Los que hace un año, o dos, se marchaban a New York, hoy, se han quedado en su residencia de Cadaqués. Los que viajaron a Badajoz, hoy, se han quedado en su apartamento de Cunit. Las santas semanas que recuerdas de tu infancia, eran mucho más austeras. La gran mayoría, nos quedábamos en donde estábamos todo el año esperando la llegada de nuestra Mona, el Lunes, que siempre venia de la mano y generosidad de nuestro padrino y, nuestra abuela , escuchaba a Elena Francis mientras pelaba unos guisantes para acompañar un bacalao en Viernes Santo. Dice, el instruido economista, que los que tienen dinero, ahora, lo ahorran. Los que no lo tienen es imposible que lo gasten. Comentan, que este año las Monas han sido mucho más escuetas y que los restaurantes de la ciudad estaban mucho más vacios. Que el ahorro ha aumentado casi un 18%, el paro aumenta en Catalunya, y que la venta de coches ha alcanzado un record histórico. Todo esto, te hace pensar en alto y relegar aquello que momentos antes has leído y te ha impresionado. Parce ser que en este país, solo pueden funcionar la industria del automóvil, del carburante y la construcción. Lo demás, tendrá que resistir como siempre, como pueda. Te preguntas, después de intentar matizar todo lo escuchado, de donde ha salido tanta necesidad de vender. De donde ha salido tanta necesidad de alimentar un consumismo en cadena y cuando éste da síntomas de recular, se instale el pánico. Te preguntas, si nos queda algo por adquirir o si en realidad existe tanta urgencia de suministrar, si no es, para mantener un sistema que mantiene a otros sin casi hacer nada. Tu padre, no se preocupaba por la sociedad a la que pertenecía. Trabajaba duro para mantener a su familia que siempre, en la mesa, crecía en cantidad. Tampoco se inquietó por tu formación, ni por la de sus hijos mayores, porque no tenía mucho tiempo de sentarse y preocuparse. Fue amo sin ser señor, fue empleado sin derecho al paro y nunca fue rico. Hoy, primer aniversario de terremoto de l’Aquila, su alcalde es entrevistado por un reportero de RAC1. Explica, que España no ha cumplido con la ayuda que prometió a la devastada zona italiana. No que yo sepa - recalca- . Y tú, no puedes evitar preguntarte si no ha pagado, o es que el dinero se ha disipado en el viaje… De nuevo, subsiste lo que es bello entre tanto ruido y vuelve la necesidad de callar. Hay cosas y gente que esperan.

Gimnasia para el sentimiento

2.04.2010

La música inspira, todo cuanto envuelve en su disposición, lo hace. Da lo mismo que sea un poema de Hernández como un rock and roll. Nos inspira una narración de Huidobro o una saeta. Si tuvieras que pagar por cada uno que te ha traído algún efecto danzante, estarías mendigando en la calle. Si tuvieran que cobrar una porción de derecho por todo lo que hemos bailado, por todo que se ha escrito, recitado o pintado bajo el influjo de alguno de estos maestros, no habría patrimonio suficiente para saldar la deuda. Algunos serian, muertos muy pudientes.
Hoy, has leído algo que aunque breve, tenía un plan muy evidente y era la de convocar a las musas de esta armonía a la que te refieres. Un relato de alguien que es maestro de adolescentes y perito en literatura. Un nostálgico, que se cultiva leyendo aunque no sepa descubrir la magia de vivir porque siempre es más arduo que hallar la grandilocuencia de la palabra. Lo has leído la primera vez y ya has picado en su objetivo. Lo has hecho la segunda y te ha convocado el paisaje y a los comediantes. Te alejas y vas a parar a otro lugar donde suena un tema musical interpretado por Andrea Boccelli y Shara Brightman. Una nota conduce a otra nota y en un punto de la melodía unen al perito y a ésta, y abrazados, te transportan al lugar perfecto para detener lo que ha engendrado dicha unión.

Una vieja puta solitaria, paseando bajo la lluvia, por Barcelona o Dublín, con zapatos rojos y una gabardina que esconde su desnudo cuerpo. Una criatura literaria que persigue su propio compás y ha encontrado su par, aunque su semejante, al mismo tiempo, sea la víctima de su propósito. Cierto. Quienes se odian, en el fondo, se aman. Es indispensable que se dé dicha circunstancia `para que los amantes, ocultos bajo la misma gabardina, expulsen su frenesí en alguna parte donde, seguro, los buscaran y encontraran otros amantes, resentidos con sí mismos y con un mundo, incompleto, difícil y mezquino que esconde sus asperezas bajo un impermeable que solapa en el mismo punto que invoca algo llamado arte. Que no es arte, y es pasión que naufraga.