Hay veces que los lugares que creíamos sentiríamos siempre nuestra casa, se vuelven extraños... A veces, pasa. A veces, sucede que en cualquier casa emerge lo que estaba oculto y no por ello deja de ser aquello una casa, pero sí que deja de ser nuestra casa. Aunque en algún tiempo lo fuera, aunque en algún tiempo nos hubiéramos sentido cómodos, libres, cercanos al resto de sus ocupantes y cómplices, puede suceder y sucede, que un día todo aquello que fue próximo, todo aquello que junto a nosotros descendía río abajo haciéndonos compañía, se desborde y sobrepase los límites de su cauce. No somos el río, no somos el agua, no somos los peces ni los muros que aguantan. Somos presos de nuestro propio cauce y río abajo o mar adentro, nuestros límites son nuestro viaje y con aquello que llaman criterio hay que elegir mientras se pueda. Elegir compañía, elegir compañeros, elegir que aquel lugar ya no es nuestra casa.

1 comentari:

Marciano ha dit...

Oh,és profund aquest comentari, i... valent.

Bon dia.

Bonica foto també.