Mis hijas no han visto nunca (ni ganas) una corrida de toros: pa lo que había que ver... Pero su padre les contará, babeando de orgullo y emoción, que una tarde en Linares, en el 60º aniversario de la muerte de Manolete, parece que fue ayer, y minutos antes del torniquete de corbatín que no impidió que regara la arena con su sangre, le brindó un toro José Tomás, esta vez, sí, de purísima y oro.
La historia viene de lejos: hasta el abajo firmante, en el dorado ocaso de Curro y Antoñete, estaba a punto de pedir el carné de miembro de la sociedad protectora de animales, cuando empezó su vida pública José Tomás. Como tantos otros que, después de 20 años, o de 60, ayer, en Linares, han vuelto a las plazas para respirar ese perfume de verdad, de misterio y de leyenda que solo él encarna a manos llenas. Nadie que uno haya seguido respeta tanto al toro y a sí mismo hasta el punto de no concederse la más mínima ventaja. Nadie. Su terreno es el del toro. Lo he paladeado en sus cuatro etapas: al principio, la revelación; antes de retirarse, la duda; retirado ya, la tortura interna, la reflexión y, por fin, en su gloriosa y apasionada vuelta, la insobornable madurez, la confirmación cabal de la leyenda. Lo he aplaudido, he sufrido y gozado con él, de qué manera, en Barcelona, Madrid, Lima, El Puerto, Almería, Linares, etcétera. Estuve en la Monumental, del brazo de Serrat, soportando en trance la kale borroka antitaurina la tarde de su ruidosa reaparición. Incluso alguna vez, hace un lustro, me sorprendí a mí mismo en un tendido de Las Ventas peleándome a gritos -sí, como un energúmeno, ¿pasa algo?- con los inevitables antitomistas (los maniqueos, ¿recuerdan?). He disfrutado de su palabra, tan sabia como escasa, de su inquietante mirada y de su noble amistad estos años de ausencia de los ruedos y puedo asegurarles que si, como decía el clásico, se torea como se es, no hay mejor paradigma que Tomás. ¡Qué falta hacía! Como es carne de copla y de soneto he escrito mucho sobre su arte, pero siempre se queda uno tan corto... ¿Cómo estar a la altura de la sangre? Empecé a sospechar cuando me hizo saber por terceros, con exquisita discreción, que quería invitarme a Linares. En el viaje de ida corneaban isleros mi barriga. Hotel Cervantes. Dos entradas de barrera. Como en una postal sepia me acordé de mi padre, con quien iba de niño a la feria de san Agustín. Mesa camilla y pantalones cortos. Sabía, eso sí, que haría el paseo de purísima y oro. No como Manolete, que fue de palo rosa, sino como la licencia cromática que me permití en una canción que ayer acabó de unirnos para siempre.
Tendido 2. Bordados de capote en la barrera. Allá se vino con esa solemne naturalidad marca de la casa que atesora como un sacerdote que oficiara un rito pagano y olvidado. Yo me desmonteré también, temblando (pedazo de panamá, oiga). No diré lo que dijo en el brindis. Eso queda para mí. Pero supe lo que se siente con una montera húmeda en la mano cuando el torero, mi torero, se inmola en el culto sagrado de la vergüenza torera, la pasión y la sangre. También sé que no podré explicarlo. Me haría falta la pluma de Joaquín Vidal con ese tono tan suyo de moderno revistero antiguo. Luego la enfermería, la del cloroformo, la de Manolete, y después los teléfonos ardiendo en el hospital ya de vuelta a Madrid, con una luna como de albero, más redonda y más naranja que nunca, porque toco mañana en Illescas, y con Vinatero (así se llamaba el de Núñez del Cuvillo) esta vez en la barriga y estatuarios en el alma, sintiéndome, perdonen la arrogancia,
casi culpable.
Cúchares me dispense pero no puedo dejar de pensar que, no tan inconscientemente, el de Galapagar hizo lo posible y hasta lo imposible, porque el toro se las traía y miraba y avisaba, para estar en la misma camilla, en el mismo gajo de terreno, en el mismo purgatorio con azogue del espejo en que se mira: Manuel Rodríguez Manolete. ¿Se trata de un loco? Nada más lejos. Se trata, sobre todo, de un hombre, de un torero, de un artista, con un orgullo que no deja sitio a la vanidad, de corazón caliente y sangre fría con creces derramada. De poetas, no de paparazzis, de telediarios, de informes semanales, no de inmundos tomates. Bendito sea. Más místico que épico. Más heterodoxo que académico, con más duende, más único que nadie. En tiempos de emociones tan triviales, tan de usar y tirar, la mano izquierda de Tomás redime. Que se lo pregunten a Vicente Amigo, a Jorge Sanz, a José Ramón de la Morena y a tantos otros, incluido el sublime Morante de la Puebla, que ayer lo vio, estupefacto, como yo. A estas alturas de cantantes todo a cien, poetas muertos y controles antidoping, me queda una sola adicción y la más grave: se llama José Tomás y, como cura de todo, no tengo intenciones de curarme. Gracias, amigo. Salud, maestro. Cuídate lo justo.


Joaquín Sabina. Desde el tendido 2.
Declaración de las Naciones Unidas sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas : AQUI

Leer la declaración de las Naciones Unidas y veréis la importancia que dan a las desapariciones forzadas. Lástima que en un país como el nuestro, traten más esos temas en los despachos que en las calles buscándolos. Quizás algún día habrá un policía especializada en estos temas, de momento lo que hay, no es otra cosa que una tomadura de pelo. Aquí en España parece que aun estamos un poco atrasados en este tema, los políticos en nuestro país se mueven por el número de componentes de una asociación, eso es lo que marca la diferencia de que se desplieguen más o menos medios, no se trata la magnitud del problema por el daño que causa a unas personas, si no por el número de personas afectadas. Si fuésemos dos millones de padres y hermanos de personas desaparecidos, que nos concentrásemos un día en Madrid,seguro que cambiarían muchas cosas (ADESEPA)
Es tarde, a veces, has de pensar que es tarde aunque siempre hayas sentido que era tarde porque naciste demasiado tarde. Cuando se hace tarde has de recurrir a lo que la vida te ha regalado y olvidarte de deseos escondidos y exterminar las aspiraciones magníficas. Pero si aún te quedan ganas de jugar y de jugarte todo lo que la vida te ha obsequiado a todo o nada, juega, pero juega por jugar y olvídate de la posibilidad de ganar. Rebélate, comete estupideces: salta la tapia o el muro, mójate bajo la lluvia, emborrachate hasta caer sin voluntad, mira al prójimo como si no estuviera, apasionate sin medir, pinta en la pared su nombre, cruza el mar a nado, alza la mano cuando nadie pregunte. Hazlo antes de que la lucidez te invada y perder signifique solamente volver a empezar, y volver a empezar no te importe.

" Esa abundancia desmedida, ese fluir salvaje, ese todo o nada del que hablaba el viejo loco con experimentado desprecio habrán sido quizá lo mejor... Tal vez todo lo demás -la cautela, la sabiduría, la cordura, la inteligencia- no valga ni un comino porque no está enardecido por la loca pasión de la juventud, ese extraño deseo que pretende salvar el mundo y al mismo tiempo consumirse a sí mismo, que quiere agarrar con las dos manos todo lo que el mundo le ofrece y que a la vez arroja a puñados todo lo que la vida le regala... Así que es mejor que empieces a hablar de manera más sosegada. El de hoy es un carnaval diferente, un contrato diferente, una cita amorosa diferente. Es el final de la juventud. Ahora empieza la edad madura del hombre, uno de sus momentos más sabios, como si fueran las cuatro de la tarde de un día de mediados de octubre. "
sandor marai
Un jardín donde hay mariquitas dicen los expertos, es un jardín que crece sano, estos pequeños insectos son el termómetro perfecto que lo indica. Pues lo mismo le pasa a un blog, si no hay contenido no tiene sentido, esta enfermo . A veces, me siento aquí delante con la intención dirigida a escribir algo que pueda interesarte unos minutos, y no sale nada. No es que me extrañe, ya que no dedico el suficiente tiempo ni esfuerzo a llenarlo. ¿Te acuerdas de aquel libro que comencé hace días y esperaba terminar en vacaciones, y comentarlo? Pues ahí está, cada vez que lo abro suena el timbre o si es de noche, mis ojos se cierran automáticamente a los pocos minutos de abrirlo como si una fuerza desconocida más poderosa que mi voluntad lo ordenase . Avanzo cada vez dos páginas, a este ritmo lo acabaré en mis próximas vacaciones. Lo curioso, es que me sigue interesando porque hay datos los cuales descubrir un día. Por ejem. citaba el autor una calle de París en la que se instaló Karl Marx y su familia. Allí mismo, en el 38 de la calle Vaneau, nació su hija Jenny Marx al año siguiente, curiosamente, un 1 de Mayo. Toda la primera parte del libro se centra en los detalles de esta calle y en las vivencias del escritor-protagonista, cuando se instaló en el hotel Suède durante tres días. Si todas son ciertas, no hay duda que si viajo de nuevo a Paris algún día, buscaré la famosa farmacia de la rue Vaneau, Dupeyroux, y los jardines de Matignon donde reside el primer ministro francés. O aquella enigmática casa donde de noche se ven sombras misteriosas a través de las tres ventanas que permanecen iluminadas y que deduce más adelante Pasavento, quizá florecen y progresan algunas conspiraciones secretas contra quién sabe que países. Sin duda, buscaré la mansión de Chanleilles en el número 24 donde donde vivió Antoine de Sant- Exupéry en 1931 y que compró el multimillonario Niarchos en 1951...

Falta tiempo, faltan ganas y sobran excusas, pero mientras haya suerte y siga encontrando cosas por ahí como estas, esto seguirá corriendo a pesar de mi:

Querida Lucía,
me alegra mucho recibir tus líneas y me hace muy feliz y me honra que creas que yo pueda darle una respuesta a tus dudas.
No voy a discutir el tema de la vocación porque creo que eso lo tienes muy claro, siento que el problema es hallar una razón valedera para estudiar arte en un mundo que, aparentemente, te necesitaría en alguna otra profesión más "útil". Creo que allí reside tu dilema en la "utilidad" o no del arte. ¿Sirve el arte para algo? Me parece estar ante cualquiera de mis muchos prácticos alumnos que me preguntan "José Luis, ¿de qué me sirve la literatura?" y yo les explico que no importa lo que vayan a hacer, el estudiar Literatura humaniza, nos aproxima a los demás y nos deja ver aspectos de la gente que, de otra forma, jamás observaríamos en los seres humanos. "No importa que seas dueño de una empresa, ingeniero o presidente de la Nación, lo que importa es que, hagas lo que hagas, lo harás con humanidad", esa es siempre mi respuesta y no es mía, muy probablemente se la aprendí a mi padre.
Claro, cuando el asunto es no sólo acercarse a esa forma de humanizarse que es el arte sino hacer de eso una forma de vida, el asunto se torna un poquito más complicado. Acá viene a cuento un tema que se viene discutiendo desde hace siglos, ¿cumple el arte una función social o es pura estética?, y si es pura estética, ¿qué derecho tenemos de hacer arte cuando el mundo necesita hospitales, casas y escuelas, doctores, constructores y maestros? ¿Es el arte, como mucha gente afirma, un lujo de los ricos? Y creo, queridísma Lucía, que allí reside un poco la tragedia que vives. Si tuvieras que trabajar para comer y solo pudieras estudiar de noche en San Marcos, ¿escogerías Arte o Derecho, Literatura o Ingeniería? A lo mejor a primera vista te tienta responder Derecho o Ingeniería, pero basta con ver a los alumnos de la Facultad de Letras de San Marcos, pobres estudiando carreras que muy posiblemente los mantenga pobres el restos de sus días, para empezar a cuestionarse eso. Chávez, el pintor, prefería comprarse un tubo de óleo antes que comer y prefería pasar las noches durmiendo bajo un puente en Italia antes que rendir su vocación. Claro, siempre sigue en pie tu pregunta, ¿la vocación es una decisión así de subjetiva, es sólo la terapia de una niña rica asqueada de las inauguraciones donde van todas las viejas pitucas de Lima —que nada entienden de arte— a chismosear sobre el vestido de Fulana, el nuevo amante de Mengana o las joyas que adornan el cuello de Perenceja? Yo diría, querida Lucía, que no hay escapatoria, que toda decisión es subjetiva, lo objetivo —así como nos lo quieren endilgar— es sólo una ficción; nadie es completamente objetivo, nadie puede serlo, todos actuamos guiados por nuestros propios criterios y queremos darles mayor validez porque encajan en una lógica común y externa (aparentemente objetiva), cuando esa lógica nace del devenir del proceso de culturización humana, que durante siglos fue emitiendo razonamientos subjetivos, personalísimos y propios, y luego los objetivizó a fuerza de costumbre. O sea, más de lo mismo.
¿Eres una niña atormentada porque cree que el arte es sólo una opción terapéutica y te mueres de remordimiento porque en el mundo los niños se mueren de hambre? Esa lógica puede ser hermosa, pero es suicida, porque si piensas así, el colegio de donde vienes, la familia de donde procedes, la universidad donde estudias, tu vida completa "becada" por una circunstancia que pudo darte “lo mejor”, todo, todo estaría mal y deberías cuestionarte no sólo la carrera sino la existencia misma, tu vida misma. ¿No es horroroso que mientras tú y yo escribimos desde nuestras computadoras tomándonos una gaseosa o disfrutando de buena música o sentados cómodamente o las tres cosas y más, en este mismo momento, en este instante, se muere gente de hambre, de enfermedades que podrían curarse con unos cuantos millones, de violencia, de intolerancia, de la falta absoluta de humanidad? Es horroroso, espantoso, macabro, vil, egoísta, pero es. ¿Qué hacemos? ¿Dejamos todo y nos vamos a la montaña a pasar hambre con los que pasan hambre y les enseñamos a leer y tratamos de sacarlos adelante así con nuestro pequeño mundo de renuncias? Honestamente, me parece improductivo. ¿De qué me sirves tú en un campo de refugiados en Sudáfrica o Congo o Senegal?, ¿de qué le sirve a la humanidad que tú dejes de estudiar arte y decidas ser abogada o ingeniera o médico? Si tu vocación es ser médico es obvio que estudiar arte es, al menos, improductivo, ¿por qué la misma lógica no puede utilizarse en sentido contrario? De igual manera, si el arte es tu vocación, ¿no crees que es —por lo menos— perder el tiempo estudiar economía? Yo pensé —porque objetivamente todos lo pensaban y me lo decían— que iba a ser un gran abogado, defendiendo a los pobres y combatiendo la injusticia, lo cierto es que fui infeliz durante toda la carrera. Yo quería —yo quiero— ser escritor, decir lo que pienso, dar mi opinión y hacer que el mundo diga "mira, eso piensa Mejía, a lo mejor tiene razón" o "Mejía está mal, hagamos lo contrario" o lo que sea, quería que me escucharan y creo cada vez me escuchan más, unos pocos más, y eso me hace feliz. ¿Soy útil para mi país, lo que hago es sólo terapia para liberar mis demonios, fue una decisión subjetiva? Yo, como tú, querida mía, me lo he cuestionado mil veces. Yo nací en un hogar acomodado y la crisis nos arrastró a vivir en San Miguel, en unas viejas casas de adobe donde, cuando llovía, había goteras. Mis padres pasaron por épocas muy malas, vendieron todo —hasta los anillos de boda— por mantenernos juntos y vivos, por darnos una educación y formarnos como seres humanos. Pasamos miserias porque mi padre era un idealista y un hombre de bien y enfrentarse con los poderosos siempre trae problemas, pero le agradezco cada plato de arroz con huevo que comí de niño y cada lección de vida que me dio. No me hizo ni un amargado, ni un resentido, me enseñó a perseguir mis sueños. Cuando era adolescente quise ser abogado para acabar con los malos de este mundo, meterlos a todos presos y hacer de mi país un lugar mejor; también iba a ser abogado de los pobres, para que los que no tuvieran cómo defenderse me tuvieran a mí, para que los poderosos no abusaran de los débiles. ¿Tienes idea de cuántas veces me cuestioné dictar clases en el colegio más aristocrático de Lima, enseñando a quienes —aparentemente— no necesitan nada? Mil veces. Y sin embargo, estos años han sido para mí una experiencia maravillosa, dictarles ha sido aprender muchas cosas y me ha dado la oportunidad de ver las cosas "del otro lado", yo me decía "pensar que iba a defender a los pobres y termino enseñando a los ricos", me sentía un traidor, un desleal con mi origen y con mi patria, con mi realidad y mi historia. Sin embargo, ustedes me enseñaron que estaba equivocado, que no hay "ellos y nosotros", con las justas hay buenas personas y canallas (y de esos hay en todas partes). Lo único que hay que hacer es rescatar a esas buenas personas que —como tú— van por el mundo confundiendo el cómo de qué; el qué es hacer de este mundo un lugar mejor, el cómo es la manera y puede ser con un dibujo, un discurso, una máquina o la cura para una enfermedad. Allí reside tu error, querida Lucía, y allí residía el mío, mi qué era defender a los buenos de los abusos de los malos y ese cómo que creí encontrar fue peleando en los tribunales y no era mi cómo, así que poco a poco fui hallándome y me convertí en profesor y en escritor. Este es mi cómo. Cuando una muchacha maravillosa como tú pierde el sueño cuestionándose su propio papel en el universo, yo —que he logrado que mi qué suceda— me siento feliz y me siento orgulloso de poder ser el interlocutor de tus dudas. En estos momentos, querida Lucía, podrías estar fumando marihuana, emborrachándote o teniendo sexo con toda tu universidad, podrías estar gastándote el dinero de papá o recorriendo las discotecas más caras de Nueva York con tus nuevos trapos recién adquiridos en alguna tienda exclusiva. Y no lo haces. Te sientas, abres la máquina y le escribes a este gris profesor de secundaria preguntándole por una buena razón para ser artista. Lucía de mi corazón, tú eres la mejor razón que podrás encontrar. No lo dudes ni un instante. Eres una maravillosa mujer, un ser sensible y comprometido con el ser humano; mantente así, sigue así, insiste en ser quien eres y dale al mundo todo lo que te salga del alma, denuncia a través de tu arte la injusticia, el hambre, la violencia y todas las taras de la humanidad y con eso no te pido que conviertas tu arte en panfleto, te pido sencillamente que mantengas esa infinita humanidad que te ilumina y que la entregues, en la forma que quieras, en la forma que puedas, en la forma que te haga más feliz, al mundo entero.
Todo mi corazón.
j.l.mejía (por deducción)

La entrevista

PEDRO GONZÁLEZ CALERO · EX BARRENDERO Y PROFESOR DE FILOSOFÍA
"Desplumó un gallo y se lo arrojó a Platón"
Tengo 45 años. Nací y vivo en Madrid. Fui barrendero, archivero, documentalista y profesor de filosofía, además de titiritero frustrado. Estoy soltero y sin hijos. Soy republicano y rojo. Soy ateo. He recogido anécdotas humorísticas de grandes filósofos, y coincido con Bertrand Russell: "Todo acto de inteligencia es un acto de humor"


victor amela

¿Cuál es su filósofo favorito?
- Sócrates. De haber vivido en el siglo V a. C., yo me hubiese pegado a su túnica. -

¿Por qué?
-Para aprender a criticar verdades aparentes, a desvelar sus contradicciones con sutileza e ironía. - Eso le perdió: ¡le condenaron a muerte! - Su mujer, Xantipa, lloró: "¡Te matan injustamente!". Y él le dijo: "Si me matasen justamente, ¿no te importaría?" - Dialéctico hasta el final... Nietzsche decía que Xantipa era tan insoportable que Sócrates, al echarse a la calle para no estar en casa, se hizo buen dialéctico. -

¿Tan terrible era aquella mujer?
- Xantipa abroncaba siempre a Sócrates, le gritaba, reñía y maltrataba. Le preguntaron por qué no la abandonaba: "¡Porque ella me curte para las durezas de la vida!". -

Espíritu positivo.
- Un día ella le gritó tanto, que él salió a sentarse a la puerta de casa. Ella salió y le volcó un balde de agua en la cabeza. "Tras los truenos siempre llega la lluvia", comentó él... -

¿Sócrates era un filósofo o un santo?
- Sostenía que si conoces el bien, lo haces, y que el mal es desconocimiento del bien. Quien actúa mal, pues, lo hace por ignorancia: un malvado no es más que un ignorante. -

La ignorancia como origen de los males: esto lo predicó Buda.
- A mí me recuerda a Jesucristo crucificado, diciendo: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen". -

La máxima inteligencia es la bondad.
- Lo suscribo. Igualmente, firmo esta otra idea de Bertrand Russell: "Todo acto de inteligencia es un acto de humor". -

¿Y viceversa?
- También, pero menos: hay humores que matan, hirientes con el más débil. Lo veo en los institutos donde doy clases, y es odioso. -

Los filósofos ¿han hecho gala de humor?
- Desde Tales, que decía que no había diferencia entre estar vivo y estar muerto. "Entonces, ¡muérete!", le espetaron, a lo que replicó: "¿Para qué, si no hay diferencia?" -

¿Lúcido o loco?
- Lucidez y locura colindan. Y se solapan. -

¿Qué filósofos fueron los más graciosos?
- Seguramente discípulos de Sócrates llamados cínicos (de cinos,perro), porque vivían como perros: Diógenes de Sínope, que fue llamado el Sócrates loco,vivía en una tinaja, sin nada, sin trabajar. Invitado una vez por un hombre rico en su lujosa e impecable mansión, ¡Diógenes le escupió al rostro! -

¿Por qué lo hizo?
- Eso le preguntó el rico, y él contestó: "He visto que es el único sitio sucio de esta casa". -

¿Qué ocurrencia de Diógenes prefiere?
- Con Platón mantenía muchas pullas. Platón había postulado que el hombre es un bípedo implume..., y un día Diógenes desplumó un gallo y se lo arrojó a Platón, gritándole: "¡Ahí tienes a tu hombre!" -

Un tocapelotas, vamos.
- Una vez le prendieron e iban a venderle como esclavo, pero antes el tratante de esclavos le preguntó: "Y tú, ¿qué sabes hacer?" Diógenes respondió: "Sé mandar: ¡pregunta si alguien necesita comprar a un amo!". -
Me evoca a Nietzsche: "Si entre varios filósofos quieres al mejor, ¡elige al que ría!". - Nietzsche confesaba que a menudo yendo por la calle "me detengo a reírme a carcajadas durante más de media hora de las idioteces que voy contándome a mí mismo". -

¡Menudo espectáculo público!
- Hay filósofos que han reído mucho. De uno de ellos, Crisipo, se cuenta que murió de un ataque de risa... -

¿Qué le hizo tanta gracia?
- Ver a un burro comer unos higos, beber vino y tambalearse, borracho. -

Ahora vemos Polònia.
- ¿Eh? -

Nada, un programa de TV3... Por cierto, ¿encajan bien la burla los propios filósofos?

- "Burlarse de la filosofía es ya filosofar", dijo Pascal. Y creo que añadió que la auténtica filosofía consiste en eso. - Bravo por Pascal. - Pascal fue el filósofo que criticó a Descartes diciendo eso de que "el corazón tiene razones que la razón no entiende". ¡La razón debe conocer sus límites! De lo contrario, no es razonable, incurre en irracionalidad. -

Los chistes ¿son filosofía comprimida?
- Wittgenstein decía que podría escribirse un tratado de filosofía a base de chistes. -

¿Qué filósofo fue el más malhumorado?
- Schopenhauer, cascarrabias y misántropo: se llevaba mejor con su perro Butz que con la gente, y cuando quería reñir al animal le gritaba "¡humano!" -

Es un modo de humor, también... ¿Algún filósofo cabreado ha llegado a matar?
- Althusser estranguló a su esposa, pero ahí se cruzaron ya desarreglos psicóticos... -

Hablando de esposas, ¿qué opinaba Sócrates del matrimonio?
- Un amigo le pidió consejo acerca de si casarse o quedarse soltero: "Hagas lo que hagas, te arrepentirás", respondió Sócrates. Era muy lúcido: "¡Hay que ver la de cosas que no necesito!", exclamó un día mientras atravesaba un mercado atiborrado de mercancías. -

¿Y ha habido filósofos santos?
- ¡Muchos! San Agustín mismo, que de joven rezaba: "Señor, concédeme continencia y castidad..., pero espera unos añitos". -

¿Conoce alguna agudeza de alguna mujer filósofa?
- A Madame de Staël le preguntaron por qué las guapas tenían más éxito entre los hombres que las inteligentes: "Porque hay pocos hombres ciegos y muchos hombres tontos", respondió, en lógica deducción.


HUMORADAS
Fue barrendero, y leía filosofía durante la hora del bocadillo. Luego fue archivero del Depósito General del Libro, adonde llegan ejemplares de todo lo que se publica en España, así que tuvo para elegir. Luego fue profesor de filosofía en institutos: "¡Y ahí sí he aprendido sobre la condición humana!". González Calero me explica: "Este trabajo me ha gustado mucho, pero hoy me deprime". ¿Por qué? "Es duro ver cómo los chicos se aburren delante de mí. Sólo la nota les mueve, no las ganas de saber. Es deprimente. Lo he dejado varias veces. Luego regreso, vuelvo a deprimirme, y vuelvo a dejarlo". Tremendo. Para darse una alegría, Calero ha escrito ´Filosofía para bufones´ (Ariel), un catálogo de humoradas de filósofos de todos los tiempos, una grata lectura de verano.




pues clika AQUI, lo otro no va
Hoy en día, una niña de 15 o un chaval de 16 tienen su propio criterio, aunque sea limitado. Antes, el único criterio que teníamos era el que absorvíamos y visualizábamos en nuestro hogar que entre cosas buenas, también incluía al miedo. Miedo en el qué habíamos crecido hacia todo lo que venía del exterior: a las brujas, al hombre del saco, al demonio, a los guardias civiles, a un Cristo enorme, a pecar, a hablar en nuestro idioma,al sexo, a casi todo en definitiva... Un día, nos hicimos mayores o eso creímos y aceptamos responsabilidades que no tocaban o por las cuales no estabamos preparados. Nos casamos, algunos, por aquello de estar enamorados (¿quien no se enamora a los quince?) y también por lo otro, que era ver en el matrimonio a uno de los pocos escenarios donde parecía haber libertad de acción y más tarde, en ocasiones muy poco más tarde, llegaban los hijos y con su llegada nos olvidábamos de la libertad, la nuestra y la del resto de humanos, para dedicarnos en cuerpo y alma a su sano crecimiento y educacíón obviándo también que nosotros, su padres, aún estabamos sin educar. Entre extensos horarios y mucho trabajo, recorrimos mentalmente las mejores opciones para ellos y nos quedamos muchas veces en la puerta de entrada atrapados por un miedo feroz que paralizaba las ideas y que no entendíamos pero había calado hasta los huesos y por ignorancia no habíamos superado.
Asi me quedé yo un día en el despacho de una escuela que me había atraído por su ideario pedagógico y a la cual fui a visitar como primera opción cuando Meri tenía tan solo tres años. Me atendió una amable y pacífica señora, recuerdo. Pero al fondo a la derecha, colgado en la pered, había una fotografía de una persona que en aquella época, a los ignorantes, nos habían vendido como una persona de la que cuidarse. Era, LLuis Maria Xirinachs. Y a pesar de todo lo bien que me pareció todo lo que no sabía pero intuía, desistí de afrontar el riesgo por si las moscas era verdad todo aquello que se decía y no sabía de que lugar ni de qué fuentes había salido pero había corrido como la pólvora e impregnado nuestro pensamiento en mi época, en la tuya, quizás.
Fue mucho más tarde, demasiado tarde para cambios, cuando entendí que lo que hemos aprendido y lo bueno no están siempre relacionados, de hecho casi nunca van de la mano. Pero claro, para ciertas cosas ya era un poco tarde. Se había perdido éste tren como tantos otros por culpa de la mala leche, el interés y la maldad de algunos. Pero sobre todo, por la ignorancia.


otra de Otger, para LLuis MªXirinachs:

Deia, parlant de Gandhi, Sir Winston Churchill que “aquell homenet escarransit, vegetarià, i vestit amb bolquers era un ximple.” Peró que la seva ximpleria podria fer perdre un Imperi i sobretot la Joia de la Corona. Opinava també que fàcil seria eliminar el problema. Mes Churchill era un gran politic, i sobretot un gran home. I és va negar a passar a l’historia com un altre Ponci Pilat.

Algú, molt jove, em va preguntar quin era l’ideari de Mossen Xiri, com li deiem els dolents, aquells que duiem cua I banyetes.

Doncs bàsicament el seu era l’ideari d’un jove palestí de fa dos mil anys, un tal Jesús de Natzaret, i la seva vida, més o menys ben escrita recull un llibre que encara és un exit de vendes, peró que poca gent llegeix.
Els EVANGELIS (sobretot el de Joan.)

Això, mes una mica de John Lennon i un molt de Pere I dit el Catòlic que morí defensant el seu poble davant els murs de Muret, malgrat tots fossin heretges càtars fins la mort.

Déu n’hi dó quin ideari més complert.

Pau, Amor, Llibertat, Indepèndencia. Hi ha qui en tingui més d’ideari?




Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisarevela insensibilidad. El que ríees que no ha oído aún la noticia terrible,aún no le ha llegado.¡Qué tiempos éstos en quehablar sobre árboles es casi un crimenporque supone callar sobre tantas alevosías!Ese hombre que va tranquilamente por la calle¿lo encontrarán sus amigoscuando lo necesiten?Es cierto que aún me gano la vidaPero, creedme. es pura casualidad. Nadade lo que hago me da derecho a hartarme.Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,[estaría perdido).Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»Pero ¿cómo puedo comer y bebersi al hambriento le quito lo que comoy mi vaso de agua le hace falta al sediento?Y, sin embargo, como y bebo.Me gustaría ser sabio también.Los viejos libros explican la sabiduría:apartarse de las luchas del mundo y transcurrirsin inquietudes nuestro breve tiempo.Librarse de la violencia.dar bien por mal,no satisfacer los deseos y hastaolvidarlos: tal es la sabiduría.Pero yo no puedo hacer nada de esto:verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.IILlegué a las ciudades en tiempos del desorden,cuando el hambre reinaba.Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldíay me rebelé con ellos.Así pasé el tiempoque me fue concedido en la tierra.Mi pan lo comí entre batalla y batalla.Entre los asesinos dormí.Hice el amor sin prestarle atencióny contemplé la naturaleza con impaciencia.Así pasé el tiempoque me fue concedido en la tierra.En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.La palabra me traicionaba al verdugo.Poco podía yo. Y los poderososse sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.Así pasé el tiempoque me fue concedido en la tierra.Escasas eran las fuerzas. La metaestaba muy lejos aún.Ya se podía ver claramente, aunque para mífuera casi inalcanzable.Así pasé el tiempoque me fue concedido en la tierra.IIIVosotros, que surgiréis del marasmoen el que nosotros nos hemos hundido,cuando habléis de nuestras debilidades,pensad también en los tiempos sombríosde los que os habéis escapado.Cambiábamos de país como de zapatosa través de las guerras de clases, y nos desesperábamosdonde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.Y, sin embargo, sabíamosque también el odio contra la bajezadesfigura la cara.También la ira contra la injusticiapone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,que queríamos preparar el camino para la amabilidadno pudimos ser amables.Pero vosotros, cuando lleguen los tiemposen que el hombre sea amigo del hombre,pensad en nosotroscon indulgencia. " bertolt brecht
Reflexionando sobre mis propias visiones, sobre mis fantasmas que a veces interrumpen mi descanso o mi tranquilidad, he enlazado mi reflexión con lo que a veces me dice Iván sobre el sentimiento de culpa, que según él, viene de la educación cristiana y se apoya en la necesidad de estar siempre excusándonos en pretextos que sostienen nuestros actos o , nuestros no actos. No sé si tiene que ver o no con la educación cristiana, no sé si tendrá que ver o no con la necesidad de estar siempre justificando lo que nos place, lo que nos gustaría o nuestros deseos ocultos o inconfesables, y tampoco sé si mal diciendo al pecado, renegando de la culpa y cargándonos a todo profeta vivo o muerto que se nos tropiece alivia nuestro estado. Lo único que sé es que los fantasmas existen, sé que nos visitan al cerrar la pequeña lámpara de nuestra mesita de noche. Sé que nos visitan cuando creemos estar de vacaciones y nos enfrentamos a personas que trabajan lejos de sus hijos y por miserables sueldos. Sé que aperecen cuando menos lo esperamos y que nos presiguen cuando nuestros brazos, manos, nuestras piernas y nuestra mente creen por fín reposar. Sé que tiene caras exrañas, que aparecen con rostros feos y deformados que nunca hemos visto antes. Sé que hemos de callarlos la mayoría de las veces porque no son como una lipotímia o un infarto y alteran más la tranquilidad de los que nos rodean porque dan miedo y dan miedo y no matan, pero tampoco se curan con pastillas y reposo y si alguien sabe la medicina que los aisla y destruye, no se atreve a exponerla porque debe ser aún a día de hoy, más terrorífica que los propios fantasmas o visiones. Y también sé que hay cristianos que cambian sus cristiandad por la dolce vita de lunes a viernes y se curan cada Domingo en la misa de diez después de haber comulgado a Cristo. Y amén. Y sé que que es complicado ser coherente con nuestros pensamietos y nuestros actos, o no actos, y dormir en paz, sin fantasmas, sin visiones extrañas que vienen de visita cada vez que apagamos la luz.
Vivir en vacaciones es, vivir sin prisa, sin agobios, intentando incorporar al día algo nuevo, o al menos algo visto o vivido de una manera diferente. Vivir en vacaciones es, saborear el café, poder robar al día un poquito de tiempo para leer aquello que te interesa, para pasear por el camino que te llama, para conocer formas, gentes o lugares distintos. Vivir en vacaciones es, procurar no estar enfadado, olvidar las normas y las colas y no dejar que el tiempo te controle. Estar de vacaciones es, a veces, todo lo contrario.Volver a un lugar un poco conocido es reconocer el lugar, y reconocer siempre es interesante. Puedes fijarte en el Bianco Grosso cuando antes solo habías visto a Neptuno y te había interesado el David. Puedes aprender por fín la diferencia entre el expresso a secas o el expresso macciato con late freda. O por fin en San Lorenzo, ves caer alguna estrella en el cielo. Reconociendo un lugar, puedes contemplar sentada en una terraza una breve tormenta o reparar en el ingenioso sistema de refrigeración de ésta en la misma plaza donde la primera vez viste gente y mármol. Puedes aprender que la cúpula del Duomo la sostienen más de tres millones de ladrillos sin más ayuda que la forma en que Brunelleschi ordenó ponerlos. Reconociendo el lugar, te fijas en el camarero de más de cincuenta que sirve más mesas que los dos de veinticinco juntos, o puedes entretenerte hablando de lo bonita que es Barcelona con una dependienta. Si reconoces ya el lugar, puedes perderte entre las calles que a casi nadie interesan o en los detalles que pasaste ayer por alto. Reconociendo y paseando por el mismo lugar, pasas de la pizza y pruebas los raviolis al pomodoro, te olvidas del tiramisú y saboreas el capuccino con nata. Si reconoces un poco el lugar, te olvidas de Mónaco y te centras en las empinadas y estrechas calles de la petite Villefranche y mientras caminas por ellas ves al frutero en su minúscula parada, al que viene de pescar vendiendo sus merluzas y a los viejos de pueblo sentados a la sombra de una enorme magnolia. Y puestos a reconocer, a la vuelta reconoces que llegar a casa será durante los próximos días como vivir en vacaciones.

Stand by/Vot de silenci per LL.M.Xirinachs


Per uns dies em permeten restar en silenci.

El vot de silenci és una manera de respectar
la memòria d'un home bo.

Tot el que és pugui dir d'un lluitador, ja está fora de lloc.
Damunt seu la seva terra, ginesta florida i roselles.

Silenci. Silenci...


VISCA LA TERRA


(otger miralles)







Aïllament

Potser per qué ja sóc prou vell no em fa por la soledat. Altra cosa és l’aïllament. Hom viu sempre en soledat, fins i tot quan et sembla que tens parella i comparteixes gastos, vacances, hipoteca i fills. Estem sols.Les pors i els dubtes no són compartibles. Ell o ella et dirà que t’enten, que parlar és bo per treure’s els neguits i tu ho parlaràs cercant una mica de comprensió, per sentir-te després que t’amoïnes massa, que penses coses extranyes i que el mòn és molt més simple, que has de ser més optimista i mirar el futur amb més confiança. I ell o ella estará pensant en el partit de demá o la pobrissona mare que l’han d’operar i els nens de la veïna que són uns maleducats. Aixó si amb el temps no descobreixes que ell o ella estaven pensant en un altre ell o ella, i que bó que seria poder fer un canvi i treures de sobre aquest mareig de dubtes i cabòries. I la necessitat que tens que algú t’escolti i si més no t’entengui. I t’enviará a cal psiquiatre que aixó teu no és normal. I qué bo tenir un altre ell o ella més jove I més disposat a creure i deixar-se manegar cap al llit sense tantes absurdes complicacions. I tú mires el teu ell o ella i penses que tolerant i comprensiu/va és amb mi. No, jo no tinc por a la soledat ni a cuidar-me de mi ni que ningú em compadeixi, ni em faci el llit o el sopar i vingui amb mi al cine o de vacances, ni sento cap necessitat de reproduïr-me i condemnar una altra ànima humana a ser manipul.lada per complaure el meu sentit de l’ordre i de la vida.No, no tinc por a la soledat, car tots els humans estem sols i perduts no hi ha cap déu que ens dugui de la má cap el paradis. Naixem i morim sols, com illes en un mar inmens. Potser algú, privil.legiat, converteix llur illa en un vaixell i és llença a navegar, que el camí es el que compte, no les Itaques. Viure no és important, navegar si...No, no em fa por la soledat. El que m’aterra és l’aïllament. Quant a l’altre cantò del tel.lefon ningú et respón. autor: Otger Miralles

Los Gigantes

Al son de la dulzaina bailaban los gigantes en la plaza de Azpeitia. Itxaso, empinada sobre su escaso año y medio de altura, los miraba absorta, sin atreverse a arquear una ceja o mudar un asombro, no fuera a ser que se rompiera la magia del momento y aquella fantasía pusiera al descubierto sus entrañas. Y así fue hasta que cesó la música y los gigantes, terminada su danza, volvieron a quedar inmóviles y silenciosos alrededor de la plaza. Entonces, por debajo de sus faldones, emergieron sudorosos y cansados los bailarines que les dieran vida y, entre decepcionada y confundida, a entrecortados gritos, Itxaso confirmó la sospecha: dentro de un gigante sólo hay un enano. Koldo Campos Sagaseta
“Cada mañana me despierto y leo que otros 100 iraquíes, civiles inocentes, han muerto”.