Unos días por delante de descanso, o al menos para descansar de lo habitual y abrazar lo insólito. No siempre es necesario no hacer nada para poder descansar, normalmente, por descansar entendemos dejar de hacer todo y estaría bien acostumbrarnos a expresarlo literalmente: Necesito un pequeño cambio o lo deseo. Muchas veces, es imposible y, entonces, te comienzan a fastidiar trastornos distintos en espalda, hombros, extremidades, cabeza, etc. Seguramente, son alertas que aparecen de distintas formas para advertirte que algo que asumes como normal, no debería de ser tu normalidad. Analgésicos, antipiréticos, u otros, son reparadores a veces. Solo a veces. Sin abusar de ellos, pueden serlo, pero hay que buscar más en el fondo de la cuestión y observar que haces, que no haces y sobre todo, que deberías hacer. La lista, puede ser larga con lo que acabas renunciando a lo primero, a lo segundo y también a lo tercero. Sabes, que un cambio estaría bien y podría ser la respuesta a muchos de estos síntomas que asaltan tu bienestar. O te resignas, y dices que no puedes disfrutar a la vez que no pagar un precio. ¿Cómo vas a levantar un peso de 10 o 15 kilos varias veces al día sin cascarte los brazos? Como vas a precipitarte en el suelo a gatas para jugar al corre-corre que te pillo y no levantarte al día siguiente con la espalda resentida? Imposible, dices. Así que lo mejor es uncambio. Unos días de cambio, variación de hábitos y permutar vistas y sonidos pueden ser la solución. Te llevarás el libro que aparcaste hace más de un mes aun que te divertía. Y el otro, que no te divertía pero te interesaba. Los dos, están aparcados desde hace un mes uno, y desde hace más de un año el otro. A esta pila de dos, se ha unido otro que te acaban de regalar por tu cumpleaños, Gomorra. Muy adecuado cuando se visita Sicilia, pero, se queda en casa. Entre las cosas que dejaras de hacer en los próximos días, está no escribir ante éste portátil. Has pensando en llevarlo contigo pero al final decides que no, que lo que es bueno para ti correspondería que fuera bueno para todos. Así que, descansad, descansad, leedores visibles e invisibles. No vemos en pocos días.

Historias TMB

Pueden ser cuentos, relatos, cualquier escrito que contenga una historia y cumpla las normas del concurso, finalizaba ayer, festividad de Sant Jordi. Hace muchos días que en los metros de Barna, las pantallas de tv, que solo encuentras en los convoyes nuevos, pasan algunos de ellos junto a divulgación de algunos autores. En un trayecto habitual, tienes tiempo de leer dos o tres, si tu vista está en condiciones, o si llevas gafas. Pero nadie los lee. O tan pocos que no es apreciable. Han de ser historias, firmadas con nombre y apellidos, escritos o inspirados desde el metro el bus, o sea, desde algún transporte público y lo ha convocado TMB, claro. He leído algunos, un poco con dificultad y con mucha voluntad porque no siempre voy con mis gafas de leer cuando me desplazo en el tiempo del centro a casa que es más o menos de veinte minutos. Algunos son divertidos, realmente. Hay distintas maneras de mirar cuando viajas en el bus o el metro. No todo son historias tristes. Algunas personas, tienen una alegría inherente y miran con humor y sin dramatizar los instantes en que se suceden situaciones inverosímiles y son capaces durante algún tiempo, al menos, de mantenerse ajenos a la sordidez y estupidez que los envuelve. Hay una imaginación que sube al metro, hay una alegría que viaja en metro o en bus y nos acompaña aunque no sea perceptible a simple vista. Hay un talento demasiado oculto que se desplaza en transporte público y es invisible pero existe. No sabes que rostro tiene, puede ser el chico de los pantalones trasnochados y pelo azul, la siniestra señora de cabellos encrespados, o el hombre con traje y corbata que tiene toda la pinta de inspector de hacienda. Es imposible reconocer al talento y a la alegría con un simple vistazo, es prácticamente imposible adivinar por la apariencia donde se halla la voluntad y la aptitud que es capaz de transmitir todo aquello cuando se esconde bajo ropaje, muecas y señales exteriores. Solo se puede adivinar o, leer, hoy por hoy, a través de las pequeñas pantallas del concurrido metro.

Sant Jordi


Si en saps el plaer no estalvïis el bes
que el goig d'amar no comporta mesura.
Diexa't besar i tu besa després
Que és sempre els llavis que l'amor perdura.
Joan Salvat Papasseit

Enfocando

Siempre he mirado dirección arriba, antes, `por pura obligación, después se convirtió en costumbre. Cuando hago fotografías, casi siempre es desde abajo. No es lo mismo poner el objetivo en dirección al cielo que ponerlo rumbo al suelo. Si miras donde estas, o más abajo, veras igualmente realidades, pero casi siempre desagradables. Ni las flores de un almendro ni a una mujer que tiende su colada. En el suelo, o por debajo de su superficie no hay más que lo que no hemos sabido aprovechar o no se puede aprovechar, y lo que se olvida. No es que los deshechos sean inservibles porque de ellos se alimentan otros seres, los insectos que nos acompañan, por ejemplo, ayudando de esta manera a mejorar nuestro ambiente, solo es que ya los tenemos a ellos, avispados seres, oledores en la distancia, formas de especie veloces y pertinaces que no vacilan en ir en busca de lo que se ha rendido. También, hay expertos en buscar ruinas y examinarlas para explicar cosas de nuestro pasado que ignoramos, pero, para eso son profesionales en escarbar y ahondar en lo infrahumano. Dejémosles a ellos dicha tarea. No tener una gran estatura tiene sus ventajas. Una, es la de tener que mirar de abajo arriba y no de arriba abajo. A veces, mucho tiempo atrás, hubiera deseado crecer mucho más para que no me confundieran con la eterna criatura de la cabeza alzada qué casi nunca incide en nada pero siempre mira. Levantar el dedo, solo funciona en la escuela y has de saberte la lección antes de alzarlo. Un día, dejé de pensar en la estatura como una ventaja y me olvide de mi metro y poco para concentrarme en unos enanos. Ellos, si crecerían. Me olvidé de la talla vertical y comencé a concentrarme en la talla interior, la mía, y la de todo lo que me rodeaba. Había dejado de tener importancia mi estatura y empezaba a tenerla la suya en todos los sentidos. Mis fotografías, que son muchas, siempre acostumbran a contemplar las alturas hasta donde llega mi objetivo. Cielo, nubes, estrellas, árboles, escenas cotidianas…Hasta una figura humana luce más enfocándola desde esta perspectiva. Mirar hacia el suelo, es algo que ya solemos hacer, obligatoriamente, cuando la vida se encarga de ponernos al revés, que es a menudo. Así, que cuando hay tiempo y tranquilidad, cuando hay la oportunidad, hay que buscar arriba, mirar hacia arriba, apuntar por encima y disparar en lo alto cualquier cosa que nos seduzca.

Amb ulls de nena

Ayer, por la noche, tuve la suerte de ver un documental producido por tv de Catalunya, Sàpiens Publicacions y Bababat, de la historia de una niña durante la guerra civil española. Ella, Encarnació Martorell , tan pronto comenzó la guerra, en 1936, escribió un diario que ha estado guardado más de setenta años y del que ni sus padres sabían su existencia. Su descubridor, Salvador Domènech, dio con este tesoro en el 2004, al investigar los archivos del Grup escolar Ramon Llull para completar un libro sobre los niños de la República. Este diario, que Encarnació guardaba en secreto hasta que conoció a S. Domènech, narra con detalle, todos los sentimientos, las penurias y la sinrazón que la marcaron en aquellos tres años y, según explica su descubridor, no ha hecho falta retocar ni una coma. Los que vimos el documental, ayer, pudimos escuchar algunos de los 117 relatos escritos a lápiz en el desván de su casa en el nº 458 de la calle Diputació de Barcelona y hay relatos que son sorprendentes. Es inusual que una niña desde los doce a los catorce años, pueda escribir tan razonadamente y sepa describir tantos detalles al mismo tiempo que aportar tanta información, en medio de una situación tan complicada como lo fue aquella guerra. Abandonó su diario en 1939, tras la muerte de un joven amigo en el frente y del que estaba, secretamente, enamorada. Hoy, Encarnació Domènech, de ochenta y cuatro años, sufre de Parkinson, pero, aún tiene fuerza para enfrentarse a aquellos recuerdos y disfrutar del reconocimiento que su testimonio nos aporta, que aunque tarde, por fin ha llegado.





Amb ulls de nena. (Con ojos de niña) Ed. Ara llibres

Para jugar



un regalo original, o simplemente jugar con alguna de tus imágenes, busca en estas webs para hacerlo. Parece ciencia ficción, pero cuidadín, engancha ! Aqui te dejo algunas:

http://www.terra.es/tecnologia/articulo/html/tec12739.htm

Ciegos, pero no bobos

Oswaldo, ha escrito un libro. Nada nuevo. Lo distinto, o destacable, es que Oswaldo es ciego desde los dieciséis años. La verdad, no estoy segura de que se llame Oswaldo, pero no es relevante. Dice, que antes de que su retina se nublara irreparablemente, vivía ya entre la ceguera y la poca perspectiva. Tampoco esto es anormal a los quince, dieciséis o diecisiete. El caso es que este chileno, psicólogo de profesión, ha subido alto y ha escalado infinidad de dificultades para conseguirlo. Nos aconseja cerrar los ojos, al menos cinco minutos al día e imaginarnos en un futuro que puede estar cinco, diez o veinte años delante de nosotros. ¿Lo probamos? De hecho, yo solía hacerlo en aquellas largas convalecencias en la cama de mi habitación mientras se pasaban unas anginas de caballo que solían pillarme en falso tres y hasta cuatro veces al año. Si, aún recuerdo en algo de lo qué pensaba y confirmo que algo de lo que pensé en aquellas obligadas recuperaciones lo he vivido. Suerte, voluntad, o un poquito de aquí y otro poquito de allá. Hace tiempo que no lo práctico, debe ser porque no cojo amigdalitis. Pero, lo intentaré más a menudo. El caso, es que, cuando alguna vez lo he intentado, me veo con el cabello blanco, corto y bien dispuesto, charlando con alguien, quizá mi nieta, quizá un nieto, puede que contigo, aún, puede que con alguien que desconozco ahora. Charlando tranquilamente y compartiendo historias. Los idiomas, ya no son un obstáculo, son ahora un tesoro que todos hemos ido a capturar y poseemos en fracciones. Y el mundo es un poco mejor, no mucho mejor porque esto de progresar es cosa de muchos devaneos unidos y ya se sabe que lo de unirnos nos cuesta mucho mucho. Mi pelo es gris casi blanco, y el mundo ha cambiado de color. No es rosa, pero, tampoco es negro, empieza a obtener un tropical tono anaranjado, y aun siguen los conflictos entre razas, culturas e ideales, pero, hay voluntad y muchas cosas se han resuelto por las vías de la honestidad, la austeridad y el compromiso. Nadie nos dice qué hacer y qué no hacer, nadie obliga a nadie y se siente por encima de nadie. El mundo es mejor que hoy y avanza por el buen camino con el esfuerzo de muchas voluntades y la ayuda de varios que hace muchos años, lo habían imaginado mejor. Hoy, precisamente, he soñado un terremoto, pero, era un sueño en sueños y me ha explicado algo: Que todo lo que nos rodea puede ser superficial y frágil. Excepto la pretensión de seguir vivos, amar y ser amados.

La Duda, puede ser tan poderosa y profunda como la certeza (Doubt)


Sembrar una duda, puede llevarnos a cargar con ella y sostenerla hasta el fin u, obligarnos a recogerla algún día. Algo imposible cuando ya está demasiado extendida. No es suficiente el perdón para rectificar, hace falta esperar algo más para enmendarla




¿Alguna vez has acusado a alguien sin estar seguro de su culpabilidad? No respondas, creo saber la respuesta, lo que no tengo claro es si tenías la certeza y las pruebas que la sostenían, o, construiste tu certeza a base de indicios hasta cimentar una irrealidad muy sostenible. No añadiré más comentarios a una película que no deja indiferente a casi nadie, porque la respuesta, que no aparece, es tan vulnerable como las plumas esparcidas en el viento que nos empuja a cada cual para creer en alguien o algo. Tú, decides la respuesta que más te convenza. Hay maneras de llegar a la verdad sin necesidad de sembrar verdades, como, también hay formas de apartarnos de la falsedad sin necesidad de combatirla. Nos deja claro, únicamente, que todos necesitamos algo más para ir tras una u la otra, o apartarnos de cualquiera de ellas: La fe.


Si no te atrae el tema, vale la pena solo verla por la magistral interpretación de los protagonistas.


La Duda, director: Jhon Patrick Shendal; guión: Jhon Patrick Shendal, isnpirado en la misma obra del mismo autor (Doubt) . Interpretes principales: Meryl Streep; Philip Seymour Hoffman, Amy Adams.

Probando


Hayas vivido intensamente o a medias, esparciendo migajas o pisando charcos, un día te preguntaras si has sabido hacerlo, si lo has aprovechado. Llega un día que algo o alguien te hace plantear esta cuestión, y no siempre la respuesta es franca, ni es clara la teoría. A menudo, puedes encontrarte en contradicción, puedes nadar entre dos aguas y no ser capaz de elevarte por encima del dilema, por mucho que te empeñes. No, no es cuestión de relativizar los conceptos que te han llevado hasta donde estas, es cuestión de dejar que las dudas se abalancen sobre tu certeza e irrumpan en tu falsa paz. Son rachas de lucidez que brotan del abandono. Son ráfagas de sutileza que germinan de la certeza. No hagas nada. Oscila entre ellas y permítelas brotar sin oponer resistencia. Frena, no hagas ni decidas. Espera que invadan tu espacio, hasta hoy resguardado, o que planeen hasta otro lugar y se esfumen una vez más. Las respuestas que no encontramos aparecen cuando menos las buscamos. Un día se abrirán claros donde solo ves neblina y puede que recuerdes aquella cuestión que alguna vez anegó tu ánimo. Si decides progresar en la indecisión e ir un poco más allá para responderte, ves a conquistarla. Nada puedes perder que no debas y te convenga. Las dudas aparecen o se esconden, pero no se resuelven hasta que no las desafiamos. ¿Qué más da si no estaban en el diccionario? Los hombres y mujeres, nos pasamos la vida de ensayo en ensayo y aun cuando afirmamos, experimentamos. Aun cuando acertamos, titubeamos, y cuando confirmamos, seguimos tanteando. Y tú, y todos, somos, sin más, una tesis inmortal que retrocede o adelanta.


Sin título

Si tu cara es la manzana que no muerdo
tus manos son las teclas que no siento
Tus ausencias matices que no alcanzo
En un lejos que se mueve entre cortinas
Pulsando cada una, una a una
Las notas que denotan el motivo
De un altar escondido en la reserva
De unos ojos que suponen que se ha ido
La borrosa fantasía del que muda
Sin pretextos de colores imprecisos
En la densa trastienda de mi aliento
Renunciado, perseguido y dominado
Puedes ver en las palabras que no ato
Los matojos que afloran del orgullo
Velado de acerbas y reservas
Que fraguan y disparan en alerta
A un gorrión en el cielo de tu mano
Donde no hay más engaño ni secreto
Que un libre paraje a cal y canto celado


Manifiestos: La Poesía

Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica, que es la única que nos interesa. Uno es el lenguaje objetivo que sirve para nombrar las cosas del mundo sin sacarlas fuera de su calidad de inventario; el otro rompe esa norma convencional y en él las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y como rodeada de un aura luminosa que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada. En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta. La poesía es el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisión no consiste en denominar las cosas, sino en no alejarse del alba. Su vocabulario es infinito porque ella no cree en la certeza de todas sus posibles combinaciones. Y su rol es convertir las probabilidades en certeza. Su valor está marcado por la distancia que va de lo que vemos a lo que imaginamos. Para ella no hay pasado ni futuro. El poeta crea fuera del mundo que existe el que debiera existir. Yo tengo derecho a querer ver una flor que anda o un rebaño de ovejas atravesando el arco iris, y el que quiera negarme este derecho o limitar el campo de mis visiones debe ser considerado un simple inepto. El poeta hace cambiar de vida a las cosas de la Naturaleza, saca con su red todo aquello que se mueve en el caos de lo innombrado, tiende hilos eléctricos entre las palabras y alumbra de repente rincones desconocidos, y todo ese mundo estalla en fantasmas inesperados. El valor del lenguaje de la poesía está en razón directa de su alejamiento del lenguaje que se habla. Esto es lo que el vulgo no puede comprender porque no quiere aceptar que el poeta trate de expresar sólo lo inexpresable. Lo otro queda para los vecinos de la ciudad. El lector corriente no se da cuenta de que el mundo rebasa fuera del valor de las palabras, que queda siempre un más allá de la vista humana, un campo inmenso lejos de las fórmulas del tráfico diario. La Poesía es un desafío a la Razón, el único desafío que la razón puede aceptar, pues una crea su realidad en el mundo que ES y la otra en el que ESTÁ SIENDO. La Poesía está antes del principio del hombre y después del fin del hombre. Ella es el lenguaje del Paraíso y el lenguaje del Juicio Final, ella ordeña las ubres de la eternidad, ella es intangible como el tabú del cielo. La Poesía es el lenguaje de la Creación. Por eso sólo los que llevan el recuerdo de aquel tiempo, sólo los que no han olvidado los vagidos del parto universal ni los acentos del mundo en su formación, son poetas. Las células del poeta están amasadas en el primer dolor y guardan el ritmo del primer espasmo. En la garganta del poeta el universo busca su voz, una voz inmortal. El poeta representa el drama angustioso que se realiza entre el mundo y el cerebro humano, entre el mundo y su representación. El que no haya sentido el drama que se juega entre la cosa y la palabra, no podrá comprenderme. El poeta conoce el eco de los llamados de las cosas a las palabras, ve los lazos sutiles que se tienden las cosas entre sí, oye las voces secretas que se lanzan unas a otras palabras separadas por distancias inconmensurables. Hace darse la mano a vocablos enemigos desde el principio del mundo, los agrupa y los obliga a marchar en su rebaño por rebeldes que sean, descubre las alusiones más misteriosas del verbo y las condensa en un plano superior, las entreteje en su discurso, en donde lo arbitrario pasa a tomar un rol encantatorio. Allí todo cobra nueva fuerza y así puede penetrar en la carne y dar fiebre al alma. Allí coge ese temblor ardiente de la palabra interna que abre el cerebro del lector y le da alas y lo transporta a un plano superior, lo eleva de rango. Entonces se apoderan del alma la fascinación misteriosa y la tremenda majestad. Las palabras tienen un genio recóndito, un pasado mágico que sólo el poeta sabe descubrir, porque él siempre vuelve a la fuente. El lenguaje se convierte en un ceremonial de conjuro y se presenta en la luminosidad de su desnudez inicial ajena a todo vestuario convencional fijado de antemano. Toda poesía válida tiende al último límite de la imaginación. Y no sólo de la imaginación, sino del espíritu mismo, porque la poesía no es otra cosa que el último horizonte, que es, a su vez, la arista en donde los extremos se tocan, en donde no hay contradicción ni duda. Al llegar a ese lindero final el encadenamiento habitual de los fenómenos rompe su lógica, y al otro lado, en donde empiezan las tierras del poeta, la cadena se rehace en una lógica nueva. El poeta os tiende la mano para conduciros más allá del último horizonte, más arriba de la punta de la pirámide, en ese campo que se extiende más allá de lo verdadero y lo falso, más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la razón y la fantasía, más allá del espíritu y la materia. Allí ha plantado el árbol de sus ojos y desde allí contempla el mundo, desde allí os habla y os descubre los secretos del mundo. Hay en su garganta un incendio inextinguible. Hay además ese balanceo de mar entre dos estrellas. Y hay ese Fiat Lux que lleva clavado en su lengua.
Vicente Hudiobro

(Fragmento de una conferencia leída en el Ateneo de Madrid, el año 1921 ).


¡Siempre nos quedará Paris!



La cumbre en Londres, este año es distinta, puede que no sea efectiva, pero, es más poética. Y lo es por una razón. Bien vale todo lo que cuesta, una foto con Obama. ¿O no? A ver quién de nosotros se negaría a estar cerca de un ídolo y no enmarcarse para la posteridad al lado de tan célebre personaje? Dejémonos de hipocresías, lo haríamos. EEU se acerca a UE y esto es algo que no pasa todos los días; aunque al final, cada uno vaya a lo suyo y solo se acerque a la hora de la cena y para hacerse La Foto, y se distancie de las posiciones que han demostrado ser eficaces. Angela Merkel, por ejemplo, es mujer, y en tal caso, solo osa reconocerle sus meritos políticos y aciertos un hombre, y no podría ser otro hombre que no fuera un hombre francés, sin complejos, sin parangones ni pulsos. El resto, no se acercaran a ella libtres de prejuicios, o a sus ideas ni hartos de vino, porque no, porque reconocerle aciertos a una dama y además, alemana, no está en su regla, no está en su guía de ruta, ni mucho menos esta en sus capacidades. Como buena escusa, argumentaran distintas necesidades en su país, pero solo son excusas de mal pagador porque no tiembla su mano en imitar otras resoluciones menos afortunadas. Un gran paso para la humanidad no fue la pisada de Armstrong en la Luna, fue más que nada un espectáculo digno de restar horas al sueño, y poco más. Pero, sí lo sería perseguir impuestos escabullidos en paraísos fiscales si fuera más que una intención. Tampoco es, que a los G20 les haya entrado de repente un ataque de cordura y se dispongan a enviar Robín Hood ‘S en busca de tesoros evadidos, no, lo que sucede es que, "D'on no n'hi ha no en raja". (dice un refrán catalán) y solo queda estrujar la única teta que está sin rozar. Grandes titulares y muchas fotos de La Foto. Y en la calle ¿qué? Entre todo, un buen rollo. Porque me temo que ni en las islas Caimán ni en Liechtenstein, ni en Panamá ni en Andorra, ningún practicante del offshore verá temblar su bote, lo único q puede ser que tiemble durante muchos años y quizás, es una idea, que a base de repetirse, algún día se convierta en realidad. ¡Offcourse! , Sra. Merkel, otra vez será ...