Sin título

Si tu cara es la manzana que no muerdo
tus manos son las teclas que no siento
Tus ausencias matices que no alcanzo
En un lejos que se mueve entre cortinas
Pulsando cada una, una a una
Las notas que denotan el motivo
De un altar escondido en la reserva
De unos ojos que suponen que se ha ido
La borrosa fantasía del que muda
Sin pretextos de colores imprecisos
En la densa trastienda de mi aliento
Renunciado, perseguido y dominado
Puedes ver en las palabras que no ato
Los matojos que afloran del orgullo
Velado de acerbas y reservas
Que fraguan y disparan en alerta
A un gorrión en el cielo de tu mano
Donde no hay más engaño ni secreto
Que un libre paraje a cal y canto celado