Historias TMB

Pueden ser cuentos, relatos, cualquier escrito que contenga una historia y cumpla las normas del concurso, finalizaba ayer, festividad de Sant Jordi. Hace muchos días que en los metros de Barna, las pantallas de tv, que solo encuentras en los convoyes nuevos, pasan algunos de ellos junto a divulgación de algunos autores. En un trayecto habitual, tienes tiempo de leer dos o tres, si tu vista está en condiciones, o si llevas gafas. Pero nadie los lee. O tan pocos que no es apreciable. Han de ser historias, firmadas con nombre y apellidos, escritos o inspirados desde el metro el bus, o sea, desde algún transporte público y lo ha convocado TMB, claro. He leído algunos, un poco con dificultad y con mucha voluntad porque no siempre voy con mis gafas de leer cuando me desplazo en el tiempo del centro a casa que es más o menos de veinte minutos. Algunos son divertidos, realmente. Hay distintas maneras de mirar cuando viajas en el bus o el metro. No todo son historias tristes. Algunas personas, tienen una alegría inherente y miran con humor y sin dramatizar los instantes en que se suceden situaciones inverosímiles y son capaces durante algún tiempo, al menos, de mantenerse ajenos a la sordidez y estupidez que los envuelve. Hay una imaginación que sube al metro, hay una alegría que viaja en metro o en bus y nos acompaña aunque no sea perceptible a simple vista. Hay un talento demasiado oculto que se desplaza en transporte público y es invisible pero existe. No sabes que rostro tiene, puede ser el chico de los pantalones trasnochados y pelo azul, la siniestra señora de cabellos encrespados, o el hombre con traje y corbata que tiene toda la pinta de inspector de hacienda. Es imposible reconocer al talento y a la alegría con un simple vistazo, es prácticamente imposible adivinar por la apariencia donde se halla la voluntad y la aptitud que es capaz de transmitir todo aquello cuando se esconde bajo ropaje, muecas y señales exteriores. Solo se puede adivinar o, leer, hoy por hoy, a través de las pequeñas pantallas del concurrido metro.

1 comentari:

beatriz ha dit...

Es dificil adivinar las diferentes personalidad, pero no imposible, siempre hay una mirada, una mueca, un andar, un movimiento de manos, o de cejas...que delata.

Un beso.-