Melodías

No puedo evitarlo. Ya no siento que sea mi casa, pero aún me interesa lo que allí se diga, quién lo diga y cómo lo diga. ¿ Entonces, es o no es un poco mi casa ? Puede que nunca dejemos de abandonar un lugar, una idea, o a una persona con la que compartimos una gran historia, aunque lo deseemos...

Sostres, comparaba el otro día dos maneras de mirar y sentir Catalunya. La manera de Verges, con la de Can Zam. En una, estaban los padres de lo que hoy es nuestra libertad, como Llach. En la otra, estaba “La raja de tu falda “, estaba Estopa. En una, se soñaba con una estética de pasiones, anhelos de libertad columpiados por la melodía de “ Un país petit “, en la otra, la libertad era empujada con el aroma de una tortilla de patatas y el canto de Justo Molinero.


Como texto literario, lo reconocí, como religión o reflexión, lo censuré. En nuestra propia casa, a veces, hay alguien que nos hace callar, aunque no nos lo ordene literalmente. Manda el silencio, manda el dueño, mandan las formas aunque éstas se olviden de reprochar otras formas mucho más dañinas de interpretar unas palabras, una canción, un país...Imaginaros en un lugar que ya no es nuestro hogar. No me importa que me censuren si después soy capaz de inspirar otro texto que lo balancea una canción de un declarado universal : Serrat.


Los puentes de Marti i Pol, no los construyen solamente los literatos, los poetas y los cantantes. Los puentes los hacemos las personas anónimas también con nuestra inconsciente dedicación diaria a lo imprescindible y nuestro voluntario olvido a lo farfullo. O al revés. Los puentes, los construimos todos y también somos capaces entre todos, de destruirlos. Los versos de Sinera, son meriendas con tortillas de patata con cebolla o pa amb tomàquet i pernil. Son pasiones que coinciden aunque las separen kilómetros de olas azules o un desierto de arena. El azul de nuestro silencio donde siempre nace la canción, sea l' Estaca o el Niño yuntero, nace en cualquier lugar por más olvidado que éste esté en el universo. Es la eterna canción que nos recuerda la olvidada actitud de los rebeldes, con la rabia del canto, con la fuerza del cuerpo, y gozando del amor...