Hay rostros que nos inspiran paz y confianza. Nos recuerdan de algún modo a nuestro padre, o al padre que si hubiéramos podido dibujar, habríamos esbozado en un papel o en una de las nubes que contemplábamos tumbados panza arriba en el suelo una calurosa tarde de Agosto mientras imaginábamos que de dentro de su mullida amalgama de algodón, brotaría una sorpresa.
Un rostro así, ha de tener mucho blanco en su lacio cabello que existe solamente más allá de sus acentuadas entradas. Un bigote igualmente canoso escondiendo el fino labio superior que sonríe pocas veces pero cuando lo hace, es de forma sincera . Unas generosas orejas adheridas a su ovalado rostro que nos puedan escuchar mejor que nadie. Una frente ancha y curvada donde se hayan atesorado cientos de datos, recuerdos, pensamientos y que coronen una serena y sobria sabiduría. Una nariz importante combada hacia delante donde alguna vez si nos apetece, podamos deslizar nuestro índice para perpetuar su forma . Una piel suave y fina, tan fina que en ella se adivinen aquellas venas minúsculas que han ido abriéndose paso sin llegar a desembocar a ninguna parte y donde se pueda observar todas las huellas que sus emociones han dejado. Y resaltando por encima de todo, unos ojos claros, limpios, enmarcados en unas copiosas y blancas cejas a los que no les importe mirarnos y ser mirados.
A un rostro así, siempre hay que descubrirlo con fascinación y ternura. Escucharle con atención e interés. Y dejar que nos alcance el corazón como si fuera nuestro padre.
Josep Termes, historiador, nació hace setenta años y fue el año pasado que recibió el Premi d' Honor a les lletres catalanes por su trabajo que ha sido básicamente estudiar y explicar las raíces populares catalanas y las del movimiento obrero sobre las cuales, según explica, se ha hecho la realidad de Catalunya.
Ha explicado una curiosa anécdota mientras se hablaba de la magnitud de la incomprensión del uso del catalán a lo largo de la historia, fuera de ésta tierra:
Hay un ejemplo que explica de forma muy básica lo que a veces cuesta entender que los catalanes hayamos usado y usemos de forma natural éste idioma :
" Una vez, estaba un compañero cenando en su casa con unas personas que habían venido a un acto oficial. La esposa de éste compañero, en momento dado se levantó de la mesa y se dirigió al perro diciéndole: “ Anem a passejar , vinga “. Uno de sus invitados preguntó entre sorprendido y fascinado: ¿ Al perro también le habláis en catalán ? "
Cuando fue preguntado por el catalanismo actual, dijo:
“ Aprendí hace años que mi opinión raramente coincide con la de la mayoría. Yo no haría ni Estatut ni Referéndum, pero los políticos, inevitablemente, avanzan paso a paso “
1 comentari:
El vaig tenir de professor a la facultat al Termes, i la veritat em va semblar, a més de molt bon professor, tot un senyor, extremadament educat i respectuos.
Sí, sí , e vero.
Bon dia
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