Bajo el efecto del alcohol se puede delirar sin frenos, sumergirte en un mar de lágrimas o quedarte mirando el cielo e imaginar que lo que vuela son ranas albinas. Pero no se puede trabajar bien. Y queda mucho trabajo, mirándolo bien. Hay cada día que empezar como si ayer no hubieras hecho nada. Hay una criatura, dos, o tres que han de crecer sanas, sin complejos y con la inquietud suficiente para abrirse cuantas más puertas mejor, y lo han de hacer mientras sus padres trabajan de ocho a diez horas al día para pagar una hipoteca o para poderse desbandar en Domingo. Los padres, han de simular ser héroes en éste proceso que es interminable mientras trabajan más de 50 horas a la semana y duermen 42, siendo optimistas. Hay que poner en la mesa cada día un alimento que antes ha de haberse, pensado, buscado, comprado, cocinado y por fin, servido. Y luego, como si ayer no existiera, volver a recoger los platos sucios, los mismos vasos y cubiertos y las migas que se han liberado del pan de hoy. Hay que seguir con las caminatas porque le sienta bien al corazón, o con las clases de idiomas que lo hacen a la mente, hay que volver a tender y a recoger la misma ropa, volver a revisar los correos como si los de hoy contuvieran algún mensaje importante; hay que escuchar al cliente, hay que atender al amigo, sonreír a la vecina, leer al que tiene algo que decir y si sobran energías, explicar al mundo, aunque sea a un difuso mundo, que no se puede confundir el titular con el contenido. Hay que enfrentarse con la perra que espera en la puerta su paseo diario sin importarle un rábano si estás cansado, fastidiado o en plena forma, o con el compañero de cama por sentirte un poco más estatua que ayer. Hay que acordarse de nuevo de felicitar a tu amiga por su cumpleaños, a los que se van a casar en Mayo, a los que han sido abuelos, o al sobrino que se ha licenciado. Hay que planificar unas vacaciones, ni que sean breves, contar los dineros para ver si éste año las resisten; pedir de nuevo hora al dentista, o a tu ginecólogo aunque sepas que no es en garantía de nada que hoy estés bien. Hay que re oír que el Estatut ha sido un fracaso y las estupideces de Zaplana aunque no las hayas escuchado; hay que estar a punto, leer el periódico, digerirlo, olvidarlo. Hay que asumir que aunque una mujer alcance algún día el más alto poder, nada será distinto. Camarero, por favor: Uno doble…de café
Defender_SE !
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2 comentaris:
Qué stress... eres la voz de la pequeña burguesía!
ya ves, mientras están de vacas todo el puente en Capri y sus phijos pescando en Pachá, yo aquí, poniendo la voz
bon día
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