Dedicado a un ruiseñor

Hay personas que hablan mucho y acaba diciendo poca cosa. Las hay, menos, que con cuatro palabras inundan de contenido el mensaje. Decía Galeano que un maestro en el arte de la escritura le aconsejaba siempre después de escribir, leer y borrar, borrar y solo dejar lo que realmente expresa algo. Y así, cogió el hábito de ir tachando líneas a sus textos y poesías hasta despojarlas de adornos vanos. Quien lee ha de recibir bien el mensaje y el mensaje ha de ser claro y sencillo Peaceful Easy Feeling. Un pacífico y fácil mensaje, eso es. Tenemos la costumbre de hablar mucho cuando en el fondo solo deseamos decir un te quiero, un te extraño, o algo así. Tenemos la costumbre de defender el mensaje, de eludirlo, de dilatarlo, de eternizarlo solo para aprobar o denunciar algo hasta que acabamos consiguiendo que quien lo recibe se aísle. Hay personas que aglutinan sus sentimientos y son capaces de reducirlos a la mínima expresión y consiguen su propósito. Comprimir el sentimiento hasta hacer que parezca fácil, solo lo puede hacer un artista.

Lo que sucede Maestro, lo que a veces pasa, es que uno, una, se consiente bailando con las palabras para hacerlas sonar acompañadas de la música que suena su interior. Es un canto que suena en aquel mismo instante o que ha sonado alguna vez y vuelve a hacerlo y es inevitable iniciar el baile en éste espacio en blanco donde se nos aparece una pista vacía que incita a invadirla a nuestro antojo ¿Te imaginas algo más atrayente? Cuando esto sucede, las palabras fluyen como por arte de magia aunque todos ya sepamos a estas alturas que no es magia, sino una especie de emancipación del espíritu, una especie de ilusión armónica en la que estas solo tú, esa música y en el centro, tu objetivo.


"Només vull una rosa vermella —va clamorejar el rossinyol—, només una. No hi ha cap manera que la pugui haver?

Si vols una rosa vermella —li va explicar el roser–, pots fer-te-la tu mateix amb música, a la llum del clar de lluna, i tenyir-la amb la sang del teu cor. Has de cantar per mi recolzant el teu pit sobre una espina. Durant tota la nit cantaràs i l’espina anirà penetrant dins el teu cor fins que la teva sang inundi les meves venes i es converteixi en la meva pròpia sang." Fragmento de El Rossinyol i la Rosa. Oscar Wilde

4 comentaris:

Anònim ha dit...

Sí que és cert que escriure es una música. Probablement tota la vida sigui una música, bé hauria de ser-ho i segur que hi ha qui ho aconsegueix. Hummm, no había caído yo en eso...nunca lo había recordado de esa manera.

bon dia

Anònim ha dit...

Holaaaaaa, jo no sé que dir.. pero t'estimo, molts petons desde València...

rosa ha dit...

hola Pirula ! Jo també t'estimo. Petons

Anònim ha dit...

Marci,a ver si te gusta esta (que no es del Battiato, por cierto)