No cabe duda de que una capital ha de ser magnánima en casi todo, sino, no sería la capital. Ha de albergar museos, una buena infraestructura en transportes públicos, disponer de plataformas de distribución, hoteles con capacidad y calidad suficientes, dinamismo, oferta de ocio donde elegir, etc…Todo lo que le haga falta pero no de más. Madrid cumple con estos requisitos de manera sobrada, pero quizá Madrid no sea la ventana de su país ni por lo que representa ni por lo que contiene. Estando y viendo Madrid, un foráneo puede confundirse. Puede pensar que se halla en un país honesto, donde no hay carencias básicas, y al que le sobra eficacia y luces en todos los campos y sectores. A no ser que en éste su país que representa con más orgullo que cariño, le importe un bledo que en Madrid se encuentre una exagerada autovía para llegar a una monstruosa terminal (T-4) mientras ellos no tienen una digna vía para acercarse a la ciudad más próxima de su olvidado pueblo de residencia, a no ser que en éste su país al que succiona sin piedad, le importe poco no tener ni un merecido centro hospitalario próximo, o unas universidades donde puedan estudiar sus jóvenes, se podría decir que la rimbombancia de Madrid es forzada, robada y disiente con la labilidad de su querida España. Barcelona, no representa tampoco a ésta España, pero no lo ha pretendido nunca ni pretende. Y lo que contiene, no ha sido sustraído a otros, lo ha pagado de sobras. Se lo ha currado con el trabajo de los ciudadanos que han venido hasta ella o que ya estaban con ella. Ha pagado lo que le correspondía y le ha sido devuelto siempre menos de lo que había dado. Pero su energía, y su no pensar en depender de los demás, la han situado sin desmanes ni extravagancias, sin desvergüenza ni ponderaciones en el lugar donde se encuentra. Un segundo y merecido lugar que sigue debatiéndose entre el andar en solitario o depender de lo que política y civilizadamente le sea devuelto. Quizá Barcelona desde Catalunya esté esperando mirar a Europa y que sea Europa quien la mire con más ternura que lo ha hecho España, quizá los hombres que la han representado políticamente no hayan estado a la altura de sus gentes y les hayan estafado como a chinos haciéndoles creer que eran ciudadanos de primera, cuando han sido solo las bujías de un motor que ha arrastrado a una máquina deteriorada, perezosa y con más apariencia que eficacia. En cualquier caso, Barcelona ha sabido administrar con cordura lo que ha recibido, Madrid, está en deuda quien sabe hasta cuándo, con sus representados.

1 comentari:

Anònim ha dit...

El otro dia leia , me parece que en una columna de El periodico, que los madrileños no existian que eran todos de fuera y que nada aterrorizaba mas a esta gente que tener que volver a sus lugares de origen, obviamente se referia a los altos servidores del Estado. Estos dias que me he paseado por ahi a uno le viene a la mente quien esta mandando en España y como aqui , y por que razon, el peso politico no se corresponde con el peso economico. Es evidente que si el poder politico tuviese que ver con el economico y aun con la demografia los catalanes mandariamos mucho mas de lo que mandamos, con lo que volvemos a eso de que unos se han apropiado de España y manipulan a su antojo y conveniencia. Y esos viven en Madrid, si, si y de puta madre. Y ademas todos muy liberales pero muchos funcionarios del Estado, registradores de la propiedad, inspectores de hacienda etc