Barcelona, hoy, epicentro del toreo, comentan algunos medios. Y que nadie se extrañe, porque Barcelona no es casi nunca noticia gracias al mundo del toreo. De hecho, la Monumental solo llena en extrañas circunstancias, o como hoy, por exquisitas . Lo malo de todo esto, es que muchos se quedaran fuera por el elevado precio de las entradas que debido a la presencia de un gran público venido de todas partes para ser testigos en directo de la vuelta de Tomás, hombre entotsolat donde los haya, pero que esta manera de ser no parece importar a vips que no han dudado en estar presentes en éste acontecimiento porque quieren y pueden. Estarán todos o casi, desde políticos como Pilar Calvo y E.Aguirre, hasta cantantes como Serrat y Sabina, desde conocidos creativos como Mariscal hasta intelectuales como Francis Wolff. Actores, actrices, como Manel Fuentes y Silvia Munt , la Pataky y Adrian Brody... La crème de la crème fijando su mirada en el regreso de un personaje extraño que ha elegido Barcelona como punto de partida y quizá como punto y final a una carrera corta pero intensa que ha suscitado más pasiones que criticas pero sobretodo un reconocimiento con reverencia incluida que hace tener la sensación que la grandeza no es necesario exhibirla, sino demostrarla. Y a pesar de ello, Tomás, José Tomás, ha preferido pasar desapercibido, alejarse muy lejos de medios y miradas, y regresar tras cinco años de silencio y de reclutamiento, aquí, en la Monumental, la misma que un elevado grupo de fervientes defensores de la dignidad del animal han escogido como flanco para decir: No.

La Monumental, la misma donde ERC quiere trasladar el mercat dels Encants... Tomás, hoy, se enfrentará a dos bestias a la vez. A una, la intentará lidiar como el sabe y quiere, a la otra, no, a la otra bestia quizá lo hagan los mossos o quizá sea la misma discordancia que la atrae: Prohibido machacar, prohibido negar.Y como todas las bestias tienen razón de ser, razón de estar y por lo tanto, motivos para ser lidiadas, queda terminantemente prohibido hacer una mala faena en nombre del personal