Hay que empezar con lo extraordinario. No hay duda de que la naturaleza, hasta ahora, ha mimado y mucho a esta península que es el apéndice de un continente y la puerta trasera de otro. No hay duda que la ha consentido porque la ha considerado, hasta hace poco, la niña contraída y sufrida, aunque se haya familiarizado con la dolencia y transformado en ladina, a la que solo le faltaba un clima riguroso que sobrellevar.
Un día de intensa nieve es, en cambio, un espectáculo. Es, una estampa que te ilumina aun sin pilas. Es, un capricho del tiempo capaz de convertirlo todo. Cuando además, este fenómeno ocurre en una ciudad como Barcelona, es todo un acontecimiento que eleva el espíritu de los niños y de los que se unen a ellos para emular serlo durante un rato. Contemplar la fiesta, enaltece el ánimo por mucho que éste se empeñe en abrumarte. El tráfico se detiene, los niños, salen defendidos con guantes y bufandas a la calle acompañados por sus padres y revolverse en la nieve. Los adolescentes se olvidan hasta del ordenador, y por fin, salen a tomar el aire para hacer el asno y celebrar la presencia de la recién caída. El ruido es calmo y la visión, emotiva e inmaculada.
En el otro lado del espectáculo hay una tramoya que puede ser admirable o una calamidad. Hay, unas previsiones tomadas a chirigota hasta por los que la notifican. Hay, una desorganización que es culpa, al mismo tiempo que su disculpa, de una excepcional intemperie que dura menos de lo que dura un parto. Y existe, todo hay que decirlo, mucha inconsciencia. Mientras contemplas la fantástica estampa, los autobuses públicos y los privados, se retiran del escenario y dejan a la suerte de sus extremidades a sus incondicionales viajeros. Los coches particulares quedan a abandonados en cualquier sitio por sus dueños que huyen en cualquier dirección para hacer lo que tendrían que hacer siempre: ir andando. La empresa responsable de las autopistas, sigue haciendo uso de sus barreras a pesar de los formidables atascos que se han formado debido a la nevada. Caen 4 catenarias y cae el suministro de miles de consumidores, al mismo tiempo que se detiene el tren y los ciudadanos, impotentes y resignados, empiezan a ponerse en contacto con los únicos que les atienden: las emisoras de radio. Los políticos, desaparecen como por arte de magia igual que desaparecen los máximos responsables de Eléctrica España y lo hacen los guardias urbanos en la ciudad. Mañana, será otro día.
Para mañana, anuncian en la radio, se recomienda no viajar en coche, no llevar los niños a la escuela y no salir de casa si no es ineludible. Algunos colegios, entre siete y nueve de la noche, se emplean y llaman uno a uno a los padres de sus alumnos para anunciar la buena nueva.
Hoy, que es el mañana de lo que fue ayer, amanece un día espléndido. Gracias al sol , que decide echar una mano, y al turno intensivo de 4 sacanieves, la mayoría de accesos a la ciudad están en buen estado. No gozan de la misma suerte las aceras que parecen unas autenticas pistas de hielo y que muy bien podrían haber sido liberadas de parte de éste por los mismos vecinos que viven encima de sus jorobas.
Estamos de suerte, al fin y al cabo: Hoy, ACESA, da vía libre para pasar sin pagar a los pocos que pasamos. (Lo celebras, pero, no comprendes el motivo) Hoy, el alcalde, acaba de anunciar que no cobraran la sanción de tráfico a todos los coches que fueron abandonados ayer en cualquier distrito de Barcelona y que hoy han encontrado sujeta a su parabrisas una gélida multa. (al menos, comprobamos que los guardias urbanos no han sido fulminados por una enorme volva de nieve)
Mañana, no sabes si la suerte y el clima estarán de nuestra parte, pero, sabes que ACESA, Eléctrica España y Telefónica, no.
Sabes, que seguirán invirtiendo en cualquier cosa menos en renovar una retrograda infraestructura porque nadie ha sido capaz ni lo será de darles una buena colleja. La nieve se deshace mientras el mosqueo progresa. No hay nada que hacer que tú no hayas hecho antes, y mucho menos, no hay nada que esperar. Solo desear que tito-clima, siga siendo tan indulgente con nosotros como lo fue nuestra mismísima abuela.
Bona nit i bona sort.
2 comentaris:
Preciosa foto Mek,aqui no nieva , pero desde Diciembre no para de llover, ya ni recuerdo como es el sol, ayer por la mañana al levantarme, salio un rayo de sol y vi el arcos iris, recordé que hacia mucho tiempo no lo veía y tome una foto, precioso espectáculo en el cielo. Un beso fuerte.Bon dia. (Espero haberlo escrito bien :)) Valle
Hoy, hace un día precioso! Espero que en tu tierra, también.
Lo has escrito molt be ;)
gracias por leer
petonets
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