happy losers.




 Me ha gustado leer éste artículo en el Mati Digital. Después de leerlo, una ya sabe donde incluirse porque hasta ahora nadie había pensado donde podían establecerse los eternos perdedores, que como yo, saben que apuestan por otro perdedor y aun sabiéndolo,  arriesgan por ellos y machacan en su digamos, convicción. . .No es que nadie, hasta ahora, hubiera tenido la idea de cómo llamarnos y en donde colocarnos, sino que ni siquiera existíamos excepto para nosotros mismos, como bien dice el artículo. Seguramente, como apunta Huguet, somos gentes sin grandes  miras intelectuales y sin crecidas ambiciones pero es que nuestra mayor aspiración es, precisamente, dar en un blanco poco, a veces nada, iluminado. Es agradable sentirse incluido en algo, aunque sea tarde e inexacto. Todos, en el fondo, deseamos encontrar un equipo que nos haga compañía y al que poder corear en momentos claves. Cuando, como es en mi caso, te han llamado públicamente “passarell” o “bleda”, por expresar tus convicciones en un lugar hostil para hacerlo, y lo has superado sin morir en el intento, es agradable  que alguien anuncie desde cualquier escondrijo, por fin : No estás solo/A. Y además, es verdad.

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