Ara mateix. De Miquel Martí i Pol i Lluis Llach
en el concierto " Les nostres cançons contra la Sida"(8-6-2012) Colaboración de Silvia Pérez Cruz y Pep Guardiola.
traducción:
traducción:
Ahora mismo
Ahora
mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que no digo
y me dispongo a remendar.
con el hilo de un propósito que no digo
y me dispongo a remendar.
Ninguno
de los prodigios que anunciaban
taumaturgos
insignes se ha cumplido,
y
los años pasan de prisa.
De nada a poco, y siempre con el viento de cara,
qué largo camino de angustia y de silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De nada a poco, y siempre con el viento de cara,
qué largo camino de angustia y de silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y asentar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y de renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio enmascaramos la vida.
De
nada nos vale la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolía
que nos ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle.
ni el toque de displicente melancolía
que nos ponemos por jersey o corbata
cuando salimos a la calle.
Tenemos
a penas lo que tenemos y basta:
el
espacio de historia concreta que nos corresponde,
y un minúsculo
territorio para vivirla.
Pongámonos
de pie otra vez y que se oiga
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quién somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
Que todo está por hacer y todo es posible
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quién somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
Que todo está por hacer y todo es posible
Humus
Sienta
bien amanecer, y hacerlo temprano, cuando te espera un articulo de
aquellos que acaban movilizándote las neuronas. Es en catalán, de
M.Colomer y me da pereza traducirlo porque es largo, pero no me da
pereza exprimirlo, humildemente, para trasladar su zumo hasta aquí.
Su titulo, muy sugerente, casi lo explica todo: El ecologismo no es
humilde.
No
se refiere, el articulista, a su espíritu, entiendo. Más bien a
sus seguidores, tan a menudo cargados de incoherencia y demasiada
ambición que siempre carga en espaldas ajenas. Un buen ecologista no
nace, se hace (es mía la reflexión). La del articulista, empieza
desmoronando la idea de que las dos primeras etapas de escolarización
son decisivas para una formación futura. Si lo son, en cambio, para
sentar las bases de esta formación, que ante todo, debería de
incluir, y no lo hace actualmente, el aprendizaje de la humildad.
Pensar
que todos deberíamos ir en pelota viva al trabajo, en moto o en
bicicleta, de vacaciones, en barco o en avión, es como señalar que los
guisantes no necesitan cascara. Imaginar un mundo cómodo, sin humos,
sin violencia, sin residuos tóxicos es muy loable pero muy
pretencioso cuando que eres tú quien usa el agua caliente a diario,
tiene un móvil, una tablet, un ordenador, un vehículo de motor y
necesitas la luz abierta hasta cuando te ausentas del lugar. Si los
niños en la escuela, y en casa, principalmente, ignoran en que
consiste la humildad, si no aprenden que la ventaja es una evidencia
que no admite discusión y puede alcanzarse con esfuerzo, no a
berridos ni patadas, si no aprenden a controlar el impulso del calor,
del cansancio, de cierto aburrimiento, si no catan el sabor a
resignación, a veces, cuando no hay otra salida, si no dan por
hecho que las heridas son medallas para el guerrero que hay que sanar
pero no lamer continuamente, no hay nada jugoso esperando en el camino ni en la meta.
Los
padres, presos de un resentimiento no resuelto, atrapados en un
cascaron de nuez que navega imaginando un mundo limpio, feliz e
impoluto pero sin ausencias ni carencias, son (somos) los
responsables, ante todo, de su educación. Nunca la escuela (el
maestro) podrá con lo que la familia esquiva.
La
humildad, para mi, es la consciencia hecha a base de no esquivar
situaciones, y cuando las esquivas, acepta que es lógico y no culpa de los demás,
desplomarte. Es el único aprendizaje
que nos iguala unos a otros. No es el sueldo estipulado, nunca serán
las zapatillas de moda, ninguna legislación ni manifestación por ruidosa que sea
las que nos ofrezcan justicia e igualdad. Si no funciona la
consciencia, si no existe el conocimiento de la humildad, no hay reivindicación sostenible. Hay una ley que no
dominas impuesta por la naturaleza que a menudo se mostrará injusta.
Aprende a aprenderla y no insistas en relamer tus propias heridas.
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