Acerca del Ave

Por suerte, siempre hay amigos que rellenan lo que nosotros no podemos llenar y nos ayudan a completar un espacio que sólos no podríamos, siempre hay personas que aunque no tengámos el placer de conocer, no son afínes y dicen lo que desearíamos expresar y no sabemos. Remei Margarit, es una artíulista de la Vanguardia que sigo a menudo:


A riesgo de parecer anacrónica quisiera hacer unas reflexiones acerca del AVE. Ya sé que la ingeniería, con sus sumos sacerdotes, ha hablado extensamente con respecto al túnel que hay que hacer y que atraviesa el Eixample de punta a punta y que ha asegurado - en la medida en que se puede asegurar- que la obra no es peligrosa para las construcciones bajo las cuales deberá pasar, manzana tras manzana. El templo de la Sagrada Família es una de esas construcciones cercanas. Quiero decir ya por anticipado que no soy una fan del templo de la Sagrada Família tal como está ahora. La obra de Gaudí es valiosa, pero los desastres que se han hecho posteriormente para terminar su construcción sobre planos la han desfigurado de tal manera que personalmente no me importa demasiado lo que pueda ocurrirle. Lo que sí me importa y mucho es la cantidad de gente que teme que sus casas se vean afectadas por el túnel del AVE. Las personas que viven en el recorrido que tendrá que hacer ese túnel, atravesando la ciudad, estarán en vilo durante todo el tiempo que dure la construcción. Mi pequeña experiencia es que compartí durante un tiempo una consulta en una casa del Quadrat d´Or, en la calle Rosselló. Debido a las vibraciones del metro, la casa tenía una grieta abierta en la pared y el techo.
Digo eso porque de lo que dicen los ingenieros sobre los planos y estudios a lo que pasa en la realidad puede haber un buen trecho. No se trata de crear alarmas infundadas, sino de ser prudentes con las construcciones, tanto públicas como privadas. Por otra parte, una se pregunta sobre la necesidad de un AVE, un tren de alta velocidad; los usuarios del AVE serán tan sólo gente adinerada, porque el billete es caro, tanto como el avión y más si se compara con los vuelos de bajo coste. De manera que correr todo ese riego urbanístico para contentar a un grupo de gente reducido, no precisamente para la gente con poca capacidad económica, no me parece ni justo ni acertado.
Si de todas maneras ese tren tiene que llegar a Barcelona porque así lo ha decidido la clase dirigente, es necesario prever riesgos y tener en cuenta los trazados alternativos, como puede ser el Vallès; eso equivaldría a alejar la angustia de todos los vecinos del recorrido, decenas de miles, por cierto.
También ha habido una votación municipal en la que ese proyecto ha sido rechazado por la mayoría del pleno. El alcalde ha dicho que esa resolución no es vinculante porque la obra es de Fomento, del ministerio. Eso no es de cajón, porque si la ciudad se opone a un trazado, Fomento tiene la obligación de escucharla, si no, ¿para qué sirve entonces el poder municipal?
Tal vez habría que escuchar a la gente y a sus temores, el hundimiento del Carmel está todavía fresco en la memoria de la ciudad y agujerear Barcelona otra vez para que la atraviese un tren de alta velocidad no tiene, a mi entender, ningún sentido. Parece que la razón que se da para seguir con ese trazado de túnel es que en el mismo paquete va el traspaso de cercanías. Sigo diciendo que no pretendo ser una experta ni mucho menos, pero no puedo entender el hecho de que no hacer un túnel nuevo retrase el traspaso y mejora de cercanías de Renfe. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
Más bien parecería que ello tiene que ver con un calendario preelectoral, o al menos, se está logrando que lo parezca. Las elecciones son importantes porque la democracia se asienta en ellas, aunque a veces el calendario nuble el horizonte de las prioridades. No se puede jugar con la angustia de los vecinos si sienten que puede peligrar la estabilidad de sus viviendas, y aunque así no fuera, con todas las garantías del mundo encima de la mesa - cosa imposible de dar-, una obra de un paso de un tren tan sólo es una obra más y no es necesario jugar a héroes y poner a la vecindad en un estado temeroso. La política también debe ser eso.

remei margarit, psicóloga y escritora