No sé las circunstancias que hacen que una determinada persona, hombre o mujer, acaben siendo reconocidos genios, deben ser infinitas. A veces, pienso que quizá una vida complicada o una infancia difícil pueden ser la causa, otras creo que nada tiene que ver, que debe ser la herencia genética que yace dormida de generación en generación hasta que un día decide estallar cual ardiente fuente para brillar eternamente en nuestro universo tan lleno de mezquindad. Lo que si sé es que muchas de estas personas no tuvieron una vida fácil y quizá esto les marcara su futuro y lejos de amedrentarse y dormirse decidieron despejar todos los obstáculos para convertirlos en una obsesión de la cual nosotros, el resto de los humanos, hemos podido deleitarnos o servir. Frida Kahlo, por ejemplo, nació con una precaria salud y tampoco la fortuna la acompañó en su apasionada existencia, pero en vez de soltar lágrimas estériles las derramó y pinto de colores sobre blancas telas. Dalí, el genio del surrealismo, estuvo marcado cuentan, por un hermano que se anticipo a el al nacer y también al morir y del cual el propio Salvador se esmeró en superar y eliminar de la memoria de algunos para que no entorpeciera sus magnificas visiones. Lo consiguió para todos nosotros, no está tan claro si en su memoria lo logró. Marie Curie, ya a los veinte pocos de edad, tenia muy claro que ni el tener hijos ni casarse eran una de sus prioridades sino el profundo estudio de su pasión, la ciencia. Y aunque acabó casándose con Pierre, los dos científicos, antes que a sus dos hijas habían soñado a Radio y Polonio. Estos, no eran hijos físicos engendrados entre blancas sabanas, sino hijos de la física y fruto de su tesón, austeridad y su mucha fuerza de voluntad e inteligencia. Evidentemente, Iréne y Eve del amor. En cambio, Mozart, nació en una acomodada y culta familia y creció en un ambiente afable, aunque eso si, empapado por la influencia de su padre también músico pero más parecido a un magnifico sueño que alguna noche éste debiera haber conseguido al entornar sus ojos que a su propio progenitor. Sea como sea, aquí han estado, están o estarán, haciéndonos compañía con su música, sus retratos, sus palabras o sus descubrimientos. Es una suerte conocerles un poco y bastante frustrante no haberles conocido antes. Pero no quiero acabar diciendo esto porque no lo he empezado con este propósito , quiero acabar con la pregunta que lo ha motivado: ¿ Hay en la actualidad mentes que sueñen tan alto ?
2 comentaris:
Sí... e incluso más alto, porque sueñan por encima de lo que éstos soñaron en el pasado, en su búsqueda de nuevas creaciones.
Bon dia *1
Jo, te hacía en los San Fermines al menos
bona tarda;)
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