Desde el Domingo que intento buscar un artículo de algún comentarista experto, de algún político o de algún periodista que sustituya mi sentir o parecer. No lo encuentro. Mientras escucho una entrevista en RAC1 a Jordi Pujol sobre su libro editado recientemente, y razona su “ me cago en cony!” , expuesto en una de sus declaraciones sobre lo qué fue para él la manifestación del sábado, me pregunto porque a muchos políticos les salen los reaños cuando están jubilados. Este bufido editado y comentado y sumamente popular, llega tarde. O no. Puede que desee hacer política desde la literatura o puede que intente hacer algo mucho más complicado: Pedagogía. (Ingrata tarea) El caso es que llega tarde, “me cago en cony! El mismo exabrupto que decía su abuelo, el que dice él mismo, el mismo que decía mi padre, y seguramente el mismo que dirá mi nieto, si alguna vez existe.
No he encontrado nada para sustituir el enfado que produce ver declaraciones manipuladas desde medios españoles, no los he encontrado ni en catalán ni en castellano. Como máximo, un artículo de Quim Monzó que resalta una pancarta que destacaba en creatividad sobre las demás y de la cual hace su disertación en la Vanguardia. La pancarta, decía: “PSZzzz”.
La manifestación del sábado no era una protesta contra el gobierno de Zapatero, ni contra Rajoy, ni contra España, sobre todo, no contra los españoles. Era sencillamente un ¡“me cago en cony” !
Es un golpe encima de la mesa antes de pasar a la insumisión total. Es un puñetazo de aquellos que hacen saltar los platos y vasos y que descolocan los cubiertos que se encuentran sobre de la mesa y a los comensales que la rodean. Es un aviso a los políticos catalanes que se han dormido durante años en sus cómodos asientos mientras los catalanes iban perdiendo su poder adquisitivo y capacidad de reacción mientras crecía su resignación y se engendraba su mala leche. Es un aviso al Gobierno de Estado parta que deje de jugar con las cosas de comer y se replantee de una vez por todas la mejor forma de distribuir el contenido de las arcas que obran en su poder y sobre todo, ha sido una reunión de personas (a la que se han añadido casi por el morro políticos) de pensamientos nacionalistas, republicanos, verdes, comunistas, socialistas, ácratas que reclamaban transparencia y justicia en la administración y veracidad en las definiciones.
La pretensión de dicha manifestación es tan sencilla como para no ser anotada en la particular agenda de éxitos de ningún partido ni como para olvidarla en un rincón, mucho menos para ser falsamente reducida a la proximidad de unas elecciones. Tan simple como este “me cago en cony!” que todos conocemos y que tanto impacta cuando se expresa desde el corazón de la misma manera que se relega una vez pasado el enfado pero no sucumbe en el sentir de quien lo ha soltado.
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