El cine, siempre es un buen recurso para poder comentar. Inicias un escrito sobre algo que afecta a tu comunidad. Lo lees y relees y acabas desechándolo. Empiezas otro y a medio texto te das cuenta de que hay una circunstancia en tres líneas seguidas que no te habías planteado. Te gusta. Intentas que dicha circunstancia siga hasta el final del texto. Después de varios intentos, al final lo consigues y no está mal. No ha quedado mal y encima hablas de un genio de los experimentos, Ferrán Adrià. Te dispones a colgarlo en tu blog y todo se fastidia. Es, como si después de preparar un laborioso plato el cual te ha requerido una buena inversión de tiempo, esfuerzo y materia prima, al abrir el armario de la cocina solo ves platos de plástico y has de servirlo a tus invitados en ellos. ¡Mierda!. Todo lo que acabas de hacer con cariño durante la hora y media que precede a esta exclamación, se ha ido al garete por culpa de unos platos… Pues nada, tendrán que comérselo con plástico incluido, o no, mejor, te decides a preparar unos sándwiches y dices que hoy emulas un día de acampada en tu casa, guardas el exquisito plato en la nevera o lo congelas para mejor ocasión. Antes congelado que desprestigiado por unos elásticos platos. Esto de los blogs tiene esto, que al principio te superan, pero, llega un día que los superas y acabas dándote cuenta de la precariedad del lugar y ves la tuya por no poder superar parte de esta, reflejada en ellos. Te has enfadado y cierras el ordenador porque te duele la cabeza y las nalgas de tanto rato estar sentada, y tensa, porque si solo hubieras estado sentada nada te dolería. Enciendes la tele o, para hablar más claro, te haces dueña del mando beneficiándote de otra circunstancia. Dos hombres y medio, está terminando. ¡Lástima! Al menos, te ríes con esta serie donde dos hermanos comparten la casa del mayor de ellos con el hijo del otro, un fati adolescente, bastante listo que crece con la ayuda de los dos y con sus deslices. No te mueves del sofá mientras piensas donde y como colocar aquel plato que te ha quedado tan sabroso en otra ocasión y, mientras, en el mismo canal que acaba de finalizar la serie, empieza una película que te suena. ¿Otra casualidad? No, creo que nada ni nadie te empujan hasta ella, solo, recuerdas que una vez estuviste a punto de ir a verla porque era italiana y el argumento parecía interesante, y no fuiste. Manuale d’Amore, es una película de 116 min. de duración, estrenada en Marzo del 2005. La dirige, Giovani Veronesi y el guión está basado en un argumento de Vincenzo Cerami y resuelto por el mismo Veronesi i Ugo Chiti. Todos los intérpretes, también son italianos. La película, es una historia que relata cuatro fases que nadie puede eludir en el amor: El enamoramiento, la crisis, la traición y el abandono. Si no en todas, te veras reflejada en la mayoría de ellas. Pero, lo mejor, es que no vas a llorar, ni a sufrir, ni a sentir resentimiento alguno, al contrario, vas a reír a placer en alguna de las situaciones que veras interpretada por los actores y actrices. A sonreír, en muchas, y en otras, reflexionarás en los pasos adelante que has hecho y en los que has hecho hacia atrás. Todo, sin una pizca de drama al más puro y exagerado estilo italiano. Vale la pena buscarla y hacerse con el sofá un rato. No encontraras en este Manual ninguna solución, encontraras tu, su, nuestro problema elevado al humor y servido en platos de porcelana.
2 comentaris:
No me gusta cocinar, pero es curioso, todo lo que hago gusta mucho....también puedo aplicarlo al cine francès, que me pone triste, pero siempre acabo de ver toda la pelicula entera.En realidad casi todo lo que hacemos ó vivimos es ajeno a nosotros, creo que todo lo que nos ocurre va por libre, pero casi mejor no ?
No sabría responderte. Las cosas por algo suceden, normalmente, aunque no sepamos dar o razonar el por qué.
saludos
mek
Publica un comentari a l'entrada