Cariño, dilema y riesgo

  • Me cuentas, que son pocas las veces que una persona al primer encuentro te convence. Puedes contarlas y te sobrarían dedos. Acostumbras a instalar un tiempo entre ella y tú en el que cabe el error pero no la prisa. Las personas, a veces, y sin querer, engañamos, queriendo falseamos, y queriendo y no queriendo malversamos la oportunidad de mostrarnos tal cual y descubrir a otras que se nos quieren revelar, cual son. No hay prisa por descubrirlo. No acostumbras a dejarte llevar por las luces ni por las torpezas- dices- . Sencillamente, solicitas tiempo. Hay otras veces, en cambio, muy pocas, que una persona entra dúctil y velozmente en tu instinto y lo conquista. No solo lo conquista, lo embelesa y sabes que el tiempo no será necesariamente tu cómplice y puede convertirse en tu enemigo porque, ahora, todo lo que ves en aquella persona te gusta:
    Bárbara, tiene una sonrisa esplendida, una soltura etérea y una gentileza natural. Si no fuera porque el tiempo que no has situado, te advierte cordura, dirías que es perfecta. Llegó a Barcelona hace dos años desde Alcoy para estudiar traducción e interpretación en la universidad de Bellaterra, y se está especializando en árabe. Bárbara, es, como te explicaría, una rosa entre la broza...
    Bárbara, ha superado tus expectativas y ello puede dificultar, igualmente, tu natural progreso…

Vacilaciones, que no apuntan hacia nadie ni a ningún lugar. Dudas, sobre el recorrido de un camino equilibrado. De cualquier manera, sabes inevitable el día que la voluntad tenga que auxiliar a la pasión y, la primera, desandar o espabilar. Puede que sea un atrevimiento discutible si consideras que el amor es cosa de iguales y que cualquier esfuerzo, precoz, acaba siendo una futura vuelta atrás. Indudablemente, el tiempo que ahora no has sabido o querido solicitar, tendrá que pronunciarse y demorarse, de momento, cualquier augurio y cálculo. Disfruta, si te parece, de una tregua para el entusiasmo.

1 comentari:

Valle ha dit...

Mek, por muy perfecta que nos parezcan, todos tenemos nuestros defectos y virtudes,es condición humana, mientras no traicionen merece la pena seguir aceptandolas, perfectas o imperfectas. Un beso. Valle