Extracto de un encuentro en Barcelona.



Mi amiga Pilar ha estado por aquí unos días. No ha estado en mi rellano pero mucho más cerca de lo que suele ser costumbre y menos de lo que había imaginado. Por imaginar había imaginado hacer muchas cosas juntas, llevarla a lugares que he pisado y que me han parecido, de algún modo, especiales, y después cada una a su nido, aunque su nido fuera circunstancial estos días. Los días, las horas, los propósitos encogen casi siempre y es por ello que casi he renunciado a tenerlos, porque estoy muy habituada a cambiar de planes y a recoger sobre la marcha lo que queda de ellos. Me he habituado hasta tal extremo a improvisar que ya no se planificar y me he cuesta hacerlo. En cualquier caso, como dijo alguien que buscaba consuelo en su falta de tiempo, cuenta la calidad más que la cantidad y la calidad de las horas que hemos estado juntas, compartiéndolas con las de otros, ha sido extrañamente interesante, y ha sumado a lo que ya existía. En estos instantes estará sobrevolando territorio andaluz y a punto de poner el pie en su tranquilizadora rutina, como yo, que en  domingo vuelo ante las viejas teclas de este ordenador y permito que me inunden los más absurdos pensamientos, las más inútiles ideas para expresarlas desde mi particular percepción. Ahora caigo que en esta ocasión no ha habido fotos que plasmen este encuentro. Ocasión desperdiciada porque cuando no queda nada que decir, que explicar, que ordenar, las imágenes permanecen no solo para contemplarlas, si no para revivir sin más florituras, aquello que nos es reciente o que tan lejano queda. No ha habido ninguna foto más que un par de intentos fracasados debido a la escasa luz del lugar, un evocador bar de copas en el barrio gótico. Por ello solicito a las palabras que flotan en la memoria tras otros enfoques, y otras palabras, prudentes o descaradas, torpes o atinadas, interesantes o insulsas, cuando no hay imágenes que expliquen un tiempo en el tiempo de alguien, en el nuestro, en el nuestro y en el de alguien, en el intento de que cada cual, rememore las propias.



¡Feliz aterrizaje y hasta pronto!




2 comentaris:

Malgastar esfuerzos ha dit...

Muy emotivo y bien expresado. Es una pena que estemos tan distantes todos, a veces no ya físicamente -lo que casi imposibilita conseguir mi objetivo final en la vida- sino también por medio de estos artilugios modernos de ahora, que, como ya sabes, mantienen viva la llama de los imposibles objetivos. Bueno, espero haberte arrancado una sonrisa. Un beso.

Anònim ha dit...

Objetivo conseguido! (la sonrisa)

Gracias Franzl;)

rosa