¿Por qué no se cabrean los valencianos?

Según algunas opiniones porque son la parte más casposa del españolismo. Según otras, porque algunos políticos independentistas catalanes no han puesto toda la carne en el asador. Según algunos comentaristas, las personas civiles no se meten en política y los personajes políticos no se meten en la cuestión civil y este distanciamiento crea aislamientos y abusos como éste. Según, según, según… ¿Van a conformarse con supuestos¿ ¿Van a permitir que un derecho tan simple como poder ver un canal en catalán que desde hace más de 20 años tienen, les sea robado sin hacerse oír? ¿Vamos a permitir que la inmoderada e inmoral globalización entre hasta el mismísimo salón de nuestra casa? Yo, que no soy valenciana, estoy indignada con un hecho así porque robar algo que pertenece a un colectivo es mucho más serio que no conceder a un colectivo algo que no tiene y solicita. Porque en este robo se esconde una intención política claramente astuta e insana y, porque cosas así, son la excusa perfecta para que en este país sucedan más cosas que más tarde tampoco entenderemos . A pesar de haber pasado en casi todos los medios sin pena ni gloria el robo de TV3 en la comunidad valenciana, a pesar de haber obviado estos mismos medios las pocas protestas que ha habido ante tal hecho, a pesar de no haber nadie que se ponga de acuerdo en el por qué de algo que como mínimo es injusto, a pesar de no ser valenciana y de no conocer a muchos valencianos que les importe algo más que un pico el tema, seguiré preguntándome el motivo, seguiré de acuerdo con los que opinan que detrás de un descuido así se esconde la ignorancia, la incompetencia, el fracaso, el servilismo y la mala fe, y, seguiré, seguiremos pataleando hasta rompernos los tacones. Ché collons, quina barbaritat ¡

Nadal 2007

Mis bisabuelos, mis abuelos, mis padres, ya celebraban de alguna manera la Navidad y no tenían televisor. Yo, celebro la Navidad si nada lo impide. Además de turrones, mazapán, polvorones y cava ,en la mesa, hay recuerdos: palabras, sucesos, imágenes , detalles imposibles de olvidar. Son días como cuaquier día en que la diferencia se basa únicamente en que no hay excusas, no hay ningún pretexto para no hacernos compañía.
Bon Nadal a tothom. Besos

Querido Bosie: Después de larga e infructuosa espera, he decidido escribirte yo, tanto por ti como por mí, pues no me gustaría pensar que he pasado dos largos años de prisión sin recibir de ti ni una sola línea, ni aun noticia ni mensaje que no me dieran dolor.
Nuestra infausta y lamentabilísima amistad ha acabado en ruina e infamia pública para mí, pero el recuerdo de nuestro antiguo afecto me acompaña a menudo, y la idea de que el aborrecimiento, la amargura y el desprecio ocupen para siempre ese lugar de mi corazón que en otro tiempo ocupó el amor me resulta muy triste; y tú mismo sentirás, creo, en tu corazón que escribirme cuando me consumo en la soledad de la vida de presidio es mejor que publicar mis cartas sin mi permiso o dedicarme poemas sin consultar, aunque el mundo no haya de saber nada de las palabras de dolor o de pasión, de remordimiento o indiferencia, que quieras enviarme en respuesta o apelación.
No me cabe duda de que en esta carta en la que tengo que escribir de tu vida y la mía, del pasado y el futuro, de cosas dulces que se tornaron amargura y cosas amargas que pueden trocarse en alegría, ha de haber mucho que hiera tu vanidad en lo vivo. Si así fuera, vuelve a leerla una y otra vez hasta que mate tu vanidad. Si algo encuentras en ella de lo que te parezca ser acusado injustamente, recuerda que hay que agradecer que existan faltas de las que se nos pueda acusar injustamente. Si hubiera en ella un solo pasaje que lleve lágrimas a tus ojos, llora como lloramos en la cárcel, donde el día no menos que la noche está hecho para llorar. Eso es lo único que puede salvarte. Si vas con lamentaciones a tu madre, como hiciste a propósito del desprecio de ti que manifesté en mi carta a Robbie, estarás totalmente perdido. Si encuentras una sola excusa falsa para ti, enseguida encontrarás un ciento, y serás exactamente lo mismo que fuiste antes.

(Oscar Wilde DE PROFUNDIS . A: lord Alfred Douglas)

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Empiezo con una declaración de amor: tengo especial cariño por uno de los animales más heroicos de la cadena alimentaria y ello no lo confieso por mi condición de vegetariana a tiempo parcial (aún sucumbo ante el pescado...), sino como sentido homenaje. Del cerdo, todo se aprovecha: desde las pezuñitas, hasta los morros, pasando por cualquier recoveco de su cuerpo el cerdo es una fábrica entera de proteínas.
De manera que, si oso decir que la manifestación del sábado fue como el cerdo, que nadie lo considere un descrédito, sino un simple símil: todo se ha aprovechado de esa exitosa concentración. De hecho, no ha quedado ni un huesito que no haya sido apurado por nuestra voraz clase política. Unos se han aprovechado por ausencia, y los otros por presencia, y todos a una, han hecho un banquete con los manjares de la protesta. Así pues, lo más relevante, desde mi punto de vista, no ha sido la manifestación en sí, sino los múltiples equívocos que han generado un sorprendente juego de espejos político. Si me permiten, todos han jugado con las cartas marcadas, y aunque el resultado final pareciera el juego limpio de la protesta ciudadana, los entresijos de la timba son más que discutibles. "No la veía clara", decía Lluís Foix, hablando de su decisión de no ir a la manifestación, y ese es el quid de la cuestión: la falta de claridad. No. No se trata de despreciar a la manifestación, en la línea de esotéricas declaraciones como las de José Blanco (de Barrio Sésamo, aseguraba Jordi Basté), sino de analizar el quién de algunas notorias presencias, y el porqué de la convocatoria.
Juego de espejos. El primero es el que se produce entre ERC y la Plataforma pel Dret de Decidir, tan fusionada una con la otra, que cuando desmienten sus vínculos, consiguen la menos sutil de las confirmaciones. Ayer, Els matins de TV3 entrevistó a Gerard Fernández, de la Plataforma, y a Xavier Vendrell, de ERC, y la conclusión fue que ninguno de los dos ha hecho un cursillo acelerado de despiste dialéctico. El segundo, con ese estilo suyo de comisario político asegurando que "dejarán hacer a la Plataforma", y el primero marcando la agenda política: "Hemos superado la etapa autonomista. Ahora toca la soberanía". Pero, ¿no era una manifestación de ciudadanos cabreados por el crac de las infraestructuras? Más aún, ¿quién es la Plataforma para decidir en qué etapa histórica nos encontramos? ¿Se ha convertido ya en un partido político? ¿O su naturaleza de correa de transmisión ideológica ha quedado al descubierto? Como sea, el primer equívoco está servido: nos manifestamos por las infraestructuras, pero somos soberanistas, pero no estamos manifestándonos por la soberanía, pero sí por la soberanía de los ferrocarriles, y somos independientes, pero decimos lo mismo que ERC. Y tiro porque me toca.
Si a ese equívoco le sumamos algunos nombres propios de la política, el juego de equívocos llegaba al paroxismo. Veamos. La mitad del Govern transitaba, pancarta en mano. La otra mitad estaba en el cine o en sus labores. Una parte de la oposición opositaba, y la otra se lo miraba complaciente, pero "quita bicho" que no soy de esos. Dos ex presidentes, que nunca van a las manis, se paseaban como en los tiempos de la trenka y el Cambio 16, y si algún día habían tenido responsabilidad en inversiones, el sábado gozaban de una terapéutica amnesia.
No deja de ser chocante que Jordi Pujol haya comandado los destinos de este país durante 23 años, votando presupuestos del Estado, aceptando inversiones, y hasta recibiendo méritos españoles, y ahora no se acuerda de nada. Maragall, más de lo mismo, sobre todo desde su condición de líder socialista histórico, tan histórico como históricos son los agravios inversores del PSOE gobernante. Y los de Esquerra e Iniciativa eran de nota. Resulta que están en el Gobierno, gozan sonoramente del poder, se abstienen, coche oficial en mano, de hacer ningún gesto que pueda despeinar al president Montilla, e incluso han hecho sus pinitos apoyando en el Congreso al socialismo zapateril, pero el sábado llevaron a pasear su alma de asfalto. No hay condición política más agradecida que la de viajar en coche oficial por la mañana, cual notorio representante del Govern, y por la tarde irse de manifestación, cual opositor con chiruca. Como escribió Josep Cuní en un memorable artículo, puede que esta manifestación sea un éxito ciudadano, pero es el fracaso de la política. En medio de todo, el sufrido ciudadano que salió a la calle harto de estar harto. Sin duda, variados fueron sus motivos. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es el uso perverso que hacen los políticos cuando, fracasados en su accionar, se apuntan al bombardero de la calle, y se olvidan de su responsabilidad. Todos los que se manifestaron podían haber hecho algo, haber dicho algo, haberse plantado algo. Lejos de usar el verbo político allí donde tenían capacidad para influir, prefirieron gritar detrás de la pancarta. Hicieron de ciudadanos cabreados. Y sin embargo, eran ellos mismos el objeto del cabreo. Es lo que tiene el juego de espejos. Que la naturaleza profunda del personaje nunca es su reflejo.
Pilar Rahola (5-12-2007)
Desde el Domingo que intento buscar un artículo de algún comentarista experto, de algún político o de algún periodista que sustituya mi sentir o parecer. No lo encuentro. Mientras escucho una entrevista en RAC1 a Jordi Pujol sobre su libro editado recientemente, y razona su “ me cago en cony!” , expuesto en una de sus declaraciones sobre lo qué fue para él la manifestación del sábado, me pregunto porque a muchos políticos les salen los reaños cuando están jubilados. Este bufido editado y comentado y sumamente popular, llega tarde. O no. Puede que desee hacer política desde la literatura o puede que intente hacer algo mucho más complicado: Pedagogía. (Ingrata tarea) El caso es que llega tarde, “me cago en cony! El mismo exabrupto que decía su abuelo, el que dice él mismo, el mismo que decía mi padre, y seguramente el mismo que dirá mi nieto, si alguna vez existe.
No he encontrado nada para sustituir el enfado que produce ver declaraciones manipuladas desde medios españoles, no los he encontrado ni en catalán ni en castellano. Como máximo, un artículo de Quim Monzó que resalta una pancarta que destacaba en creatividad sobre las demás y de la cual hace su disertación en la Vanguardia. La pancarta, decía: “PSZzzz”.
La manifestación del sábado no era una protesta contra el gobierno de Zapatero, ni contra Rajoy, ni contra España, sobre todo, no contra los españoles. Era sencillamente un ¡“me cago en cony” !
Es un golpe encima de la mesa antes de pasar a la insumisión total. Es un puñetazo de aquellos que hacen saltar los platos y vasos y que descolocan los cubiertos que se encuentran sobre de la mesa y a los comensales que la rodean. Es un aviso a los políticos catalanes que se han dormido durante años en sus cómodos asientos mientras los catalanes iban perdiendo su poder adquisitivo y capacidad de reacción mientras crecía su resignación y se engendraba su mala leche. Es un aviso al Gobierno de Estado parta que deje de jugar con las cosas de comer y se replantee de una vez por todas la mejor forma de distribuir el contenido de las arcas que obran en su poder y sobre todo, ha sido una reunión de personas (a la que se han añadido casi por el morro políticos) de pensamientos nacionalistas, republicanos, verdes, comunistas, socialistas, ácratas que reclamaban transparencia y justicia en la administración y veracidad en las definiciones.
La pretensión de dicha manifestación es tan sencilla como para no ser anotada en la particular agenda de éxitos de ningún partido ni como para olvidarla en un rincón, mucho menos para ser falsamente reducida a la proximidad de unas elecciones. Tan simple como este “me cago en cony!” que todos conocemos y que tanto impacta cuando se expresa desde el corazón de la misma manera que se relega una vez pasado el enfado pero no sucumbe en el sentir de quien lo ha soltado.
Ante el incipiente festival de promesas de nuestros políticos, como la rebaja de impuestos del PP, quisiera preguntar: ¿ No sería mejor ofrecer a las futuras madres una ampliación a un año del periodo de permiso por maternidad, manteniendo el cobro de una prestación mensual y obligando a la empresa a guardar el puesto de trabajo ? Es obvio que el bebé de un año es menos frágil que el de 4 meses, y que los dos primeros años son cruciales para un niño y, de implantarse una medida así, se reduciría la problematíca de cuidarlo. ¿Tan difícil resulta escuchar al pueblo y tomar nota de algunas necesidades reales ?

Mª Gloria Franzi Escalante. Barcelona


Vull donar el meu suport a la carta de Roser Jordà. Aquest país fa massa temps que busca culpables equivocats. Un país que no entén la importància que tenen els primers anys de vida d'un nen, es un país que no entén res. Els nens i nenes han de relacionar-se amb altres nens i nenes, però sobre tot, han de tenir temps per jugar, per estar a casa i per créixer al costat dels pares. Les empreses tenen que fer un esforç i el Govern, ajudar els empresaris a suportar econòmicament a mantenir i reservar aquests llocs de treball que haurien de ser flexibles en aquesta etapa de les persones amb família si volem una futura societat sana. I els pares i mares entendre que tenir fills implica uns petits sacrificis que val la pena considerar.

rosa.ll- Barcelona


Creo que fue Churchill el que dijo que la política es el arte de hacer promesas y no cumplirlas. Estoy absolutamente de acuerdo con usted. Unos de los aspectos claves en el desarrollo del niño es el establecimineto del vínculo con los padres tras el nacimiento. En nuestro país éste vínculo se suele romper hacia los ¡4 meses! cuando la madre se reincoropra al trabajo, interrumpiendo en ocasiones, la lactancia materna. Según algunos estudios, los niños de menos de 5 años cuando más tiempo pasan en las guarderías más posibilidades tienen de desarrollar problemas de comportamiento, como agresividad y desobediencia. Y corren más riesgos de contraer infecciones y de ser hospitalizados. No sé si sería factible desde el punto de vista de la macroeconomía del país, pero estaría bien que las madres pudieran elegir entre la reducción de impuestos o una reorganización de us jornada laboral.

Santiago García Tornel. Jefe clínico de pediatría del hospital de Sant Joan de Déu.