A finales del siglo pasado, un dramaturgo sueco, Trimberg, representó una obra titulada: “Un enemigo del pueblo”. Prescindiendo de la trama, el titulo nos inspira una pregunta: ¿Quién puede ser el enemigo del pueblo? Vamos a verlo…Porque, en realidad, no sabemos si la banca es consciente de lo que está haciendo, de si se dá cuenta de la estrechez a que somete a empresas y familias. Si no es consciente de lo que hace, y prefiere hacernos creer que todo sigue igual, que ellos son los que tienen la sarten por el mango y que de ellos dependemos, muy mal, porque la gente tiene memoria y nunca olvidará este comportamiento. Si todo lo que hace es hecho a pura consciencia, y le importa poco lo que pensemos y sigue adelante, aun peor, porque quiere decir que toda la publicidad en que se emplea, todas las palabras que gasta, todos los atrevimientos para ganarnos, son inútiles, es puro papel mojado.
Hoy, la banca continúa cobrando dinero por encima del 10%. O sea, 4 veces más del precio del dinero que establece el señor Trichet. Sin embargo, a la hora de pagar los intereses al ahorro, son muy, muy rígidos (un escrupuloso 2,5%) Ó sea, intereses a favor, ¡adelante la banca, digo, las hachas! Intereses para el contribuyente, una cifra simbólica. Es/ un/enemigo/ del pueblo. ¿Y los créditos? ¿Y las posibilidades de financiaciar? . Las mínimas. Las dificultades de cobrar a empresas se convierten en impagos, pero el dinero público va a parar a unas arcas que no facilitan dinero al contribuyente (...) Hace bastantes días que somos testigos de ésta extraña política, o maniobra que solo ayuda a unos pocos. ¿Se han fijado ustedes en detalles que afectan a su banco o caja? No han notado que ya no está aquel señor que le concedió aquella póliza? ¿No se han fijado? La explicación es fácil: Es mucho más complicado ir a pedir un crédito o la renovación de su póliza a quien no nos conoce, que a quien ya nos lo concedió una vez y conoce nuestras cuentas corrientes y a nosotros. La banca pues, es peligrosa, porque ha facilitado pólizas que no piensa renovar. Mientras tanto, sabemos de bancos o cajas que han hecho negocios ruinosos con el dinero que otros clientes les confiaron. Sabemos de bancos y cajas, que están vendiendo su patrimonio para ir de alquiler porque les urge el dinero que han invertido mal. Un enemigo del pueblo, ¿no? Y... esta gente, privada de toda autoridad moral es la que ha de decidir ahora, si da o no da éste dinero a la misma gente que hace años que le es fiel?
¡Fuera las caretas! Que la banca no se presente más como nuestro amigo porque la banca es insensible, la banca, es un organismo insensible que está dispuesto a ver como algunas empresas, a su alrededor, se ven obligadas a cerarr o a no pagar las pagas extras de Navidad, antes que ver como su cuentas de resultados, las suyas, se resienten una vez han dilapidado todo éste dinero por una mala e imprudente gestión financiera. ¡Este es el cambio cultural más importante de esta crisis! : Los bancos, han dejado de ser nuestros amigos. Son ahora y, simplemente, unos ahoga-pobres.
Extraído y traducido de un relato hablado de Joan Barril, en la radio (15-12-2008)
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