Incertesa
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Estaría bien recordar esto más a menudo, pero, no siempre porque sería muy estresante y recelaríamos de todo y todos. Más vale reconocerlo de vez en cuando, cuando una tragedia nos sacude el ánimo o cuando tengamos tiempo de sobras para pensar. No hay que olvidarlo porque es un mensaje que nos ayuda a disfrutar de las pequeñas cosas y porque nos hace pensar en la muerte como algo natural. Tan natural como vivir.
Esta madrugada, mi sobrina ha tenido un accidente en la carretera de Granollers. Ha sido un accidente grave porque los dos coches han resultado siniestros totales, pero leve porque sus ocupantes han sufrido lesiones leves. Tres personas implicadas en un mismo accidente y tres personas que hoy deben pensar que viven de milagro porque en una carretera fácil, cómoda y relativamente ancha, topar frontalmente. también se puede considerar un milagro. En las carreteras como ésta, no deberían ocurrir este tipo de accidentes. Si ocurren, es porque uno de los dos implicados hace algo que no debería de haber hecho y conduce un coche que le viene grande. Los ocupantes del golf, eran dos chicos jóvenes y sin dificultades económicas que aun sin estar completamente ebrios, al menos el que conducía, no sabe medir las distancias y no controla lo que tienen entre sus manos. Debería haber conducido un panda, o uno de los antiguos dos caballos. ¿A qué padre se le ocurre regalarle a su hijo un coche tan potente a esta edad? Y, aunque regalar un coche no sea los más indicado cuando nuestros hijos tienen, 19, 20 o 22 años de edad, si quieres regalárselo, hazle pagar la gasolina, el seguro y el impuesto de circulación, al menos. Al menos, sabrá lo complicado que es mantener un juguete de estos que nos llevan a donde nos da la gana. Al menos, sufrirá por estar sin él por culpa de ir haciendo el animal por estas carreteras de Dios. Y si tiene la suerte de salir casi ileso en un accidente, abrázalo. Dale un fuerte abrazo cuando llegue a casa vivo pero recuérdale al día siguiente que el próximo coche, si llega, llegará con esfuerzo, llegará con esfuerzo, sudor y alguna lágrima (suya) Y no antes. Ya lo decía mi abuela: "Más vale que lloren ellos que tú"
Me ha gustado
Este artículo que Sostres escribe hoy, en el Avui, describe la Plaçe Vendôme de Paris. Describe una sensación que siente él , y que coincide con algunas emociones que sentimos muchos cuando paseamos por la ciudad de la luz, a su manera y estilo. No pensé en Napoleón cuando la visité hace unos meses, no pensé en Napoleón porque exactamente no conozco la historia de este tirano-iluminado que consiguió gobernar gran parte de la Europa occidental y fue admirado y a la vez, despreciado por muchos. No pensé en sus victorias ni en su derrota, pero, si es cierto que tanto esta preciosa plaza donde, dicen, César Ritz reinventó la hostelería, como lo que la rodea, está invadido de superioridad y te acabas preguntando el por qué. Paris, es superior en muchos aspectos, e imagino, como apunta S.Sostres, que debe haber alguna relación directa entre los edificios y espacios que nos rodean y nuestro afán de superación. La grandeza, no se puede evocar desde Tornavacas o desde Sorba. Aunque si es posible irla a descubrir desde cualquier sitio que estés, es necesario mover el espíritu y el esqueleto para ir a por ella. Paris, es superioridad y belleza, es ambición desmesurada y es elegancia. Y en Paris, nadie pasa indiferente si presta atención y es capaz de trasladarse a una época que, en muchos aspectos, debía ser más complicada que la de ahora. Sin conocer quién aporto en esta ciudad tanta ambición, puedes pensar que fue algún iluminado, sí. Y que disfrutó de su enajenación mental apoyado a la fuerza o no, por muchos que la hicieron realidad. Otra cosa, es analizar cómo, pero no puede negársele a Paris, éste merito y esta condición. Desde cualquier rincón de Paris, puedes sentirte mucho más triste de lo que estas y también mucho mas desprendido. Puedes sentirte minúsculo o magnánimo, el más desdichado o el más afortunado. Desde Paris, te sientes vivo especialmente, porque no hay nada en ésta ciudad que no se inhale con grandiosidad y, sea gracias a las visiones de Napoleón, o a su derrota, sigue ahí, casi ilesa. Para todos y todas los que la visiten o habiten, esparciendo distinción, buen gusto y elevando cualquier espíritu.
irrealidades
variacions esporàdiques
Sovint, em veig embrollada amb histories no meves que be podria estalviar-me. Sovint, aquest ordre històric desordenat, o potser incomprès, aquest fer servir el límit sense mesura ni criteri em sorprèn i em colpeja. També, a vegades penso que és massa difícil entendre el nostre petit mon com per anar a resoldre els altres petis mons que semblen, a ulls meus, desistits. Com podria transformar una dona sola tot un mon si no és capaç de resoldre el seu propi mon? I cedeixo amb pau, amb una certa tranquil·litat que em reconforta perquè em mostra la petitesa del meu ordre i m'ajuda a reposar, encara que nomes sigui per uns instants, i fan de flaire esclaridora i humil resignació. Desprès, surt algú que em convida a pensar-hi, que em proposa una qüestió que ignoro, una qüestió d'aquelles que mai hi havia parat atenció, i aquest algú és algú en el qui confio perquè quasi sempre té raó quant diu alguna cosa perquè pensa més lluny que els altres pensen i, ebri o seré, però sempre lúcid, l'encerta. I comprovo un altre cop, com de petit és aquest mon i com de minúscul és el meu mon que tampoc, sé resoldre convenientment. I m'encongeix l'esperit saber-ho, i em lliga la veu i la força, saber, que no ni ha prou em desitjar-ho, que mes valdria cridar i fer un himne a l'esforç quant hi ha coses que dir, quan hi ha coses que destruir, i quant hi ha tantes coses per millorar. Però callo. I no ni ha prou de dir-ho, potser. Ni fen-te un himne desapareix del tot l'angoixa que desespera o que neguiteja, perquè tu, el teu petit mon, el meu i el dels altres, estem conduits, com la mosca del compte, a destruir-nos a poc a poc per millorar-lo, i sense fer massa soroll de fons
No habían pasado cinco minutos cuando la pelotita en cuestión se desvió hasta llegar justo en medio de la carretera y ya tienes al padre, con cara de pasmo boquiabierto, advirtiendo al hijo mayor que no fuera a buscarla, al nene llorando y al pequeño de los dos contemplando la escena desde los brazos, ahora y por fin, de su padre.. .Sin pensarlo, saliste de tu coche y aprovechaste un instante en el que ni en una dirección ni en otra se acercaba peligrosamente ningún vehículo para correr en busca de la pelotita en cuestión y lanzarla al angustiado niño y al estólido padre. No dejas de sorprenderme, pensaste pensando en ti misma: Hace un instante, hubieras reprendido al padre su insensatez por no prevenir los riesgos que tan cerca tenían sus hijos y él mismo. De repente, se desplaza la pelotita y sales a buscarla adelantadamente, la devuelves a sus dueños y no dices ni mu. Pues tenías que haber añadido algo, volviste a pensar, aprovechando que ahora sí, estabas implicada en dicho asunto. Decidiste volver a entrar en tu coche porque las esperadas pizzas aún estaban por entrar en el horno. Te acababa de anunciar el pizzero:¡ Diez minutos! Con lo que sumado a los veinte que llevabas esperando, ya eran treinta en tu reloj.
Te olvidaste por dos minutos de la pelotita y del padre con sus retoños, cuando otra vez, sorprendentemente, viste a la pelota planear de nuevo hasta mitad de la carretera. Esta vez, no ibas a intervenir porque, poco a poco, lentamente, observabas que la pelota iba deslizándose desde el centro de la calzada hasta el borde de la acera donde estaba el condenado padre con sus hijos. Ni mu.
Pasaste inadvertida. ¡Premio! Casi, como la suerte que pasa o no pasa, dejando donde estaban estas cosas que la diosa fortuna decide atender o ignorar, y que mima a éste hombre tres veces en diez minutos. La primera vez, porque fuiste a recoger una simple pelota ya que era mucho mejor que aguantar sentada mirando como aquel hombre solventaba la papeleta. La segunda, porque la pelota decidió regresar por pura inercia casi al lugar de dónde había despegado y un coche, tuvo el acierto de detenerse. La tercera vez, porque decidiste hace meses, no inmiscuirte en nada que no fuera tu problema, o sea, tomaste la decisión de callarte en vez de decirle lo que se merecía escuchar. Pero…Hay personas, que no tienen tanta suerte en toda una vida. ¿Se enteraría éste mentecato?
Biografía de una mosca
Sí imaginásemos que alguien hace con nosotros lo mismo que nosotros hacemos con las moscas: estudiarlas, observarlas y someterlas a distintas experiencias y situaciones, sin duda, sentiríamos aún más que no hay nada que hacer y que solo queda por hacer el hecho de comprendernos más y mejor en éste extraño trance llamado evolución, en el que, quizá, habría alguien supremo decidiendo nuestro presente, poniendo a prueba nuestro futuro y machacando nuestro pasado, y que si todo ello fuera una realidad, no tendría sentido ni tan solo recordarlo (nosotros). Machado, no era biólogo, pero quizá era alguien muy lúcido que divisó en las moscas su modesta y útil función:
De siempre…Moscas vulgares, que de puro familiares no tendréis digno cantor: Yo, se que os habéis posado sobre el juguete encantado, sobre el librote cerrado, sobre la carta de amor, sobre los párpados yertos, de los muertos…
"Calatalina" es una mosca de laboratorio y Juan José Millás, hace un extenso y magnífico relato en el País del que os dejo el enlace. Es imposible ver las moscas a partir de ahora, como las veía ayer.
click:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Biografia/mosca/elpepusoceps/20080803elpepspor_4/Tes
Algún incondicional amigo del señor Ibarra, tenía que haberle avisado que habitualmente, tarde o temprano, “donde las dan, las toman” Así que está bastante claro, que a lo único que ofende este famoso, ya, cartel que Suñer ha colgado en su blog (y retirado), es a los niños necesitados de verdad. No a Extremadura ni a los extremeños. En cualquier caso, devuelve irónicamente la pelota que el señor Ibarra ha ido utilizando durante años para jugar impúdicamente, aunque él se esfuerce en considerarlo un juego de humor fino que los demás tendrían que comprender así. Por mi parte, me alegra comprobar que aún queda en Catalunya gente capaz de bromear con asuntos de dinero, que son asuntos innombrables a la hora de bromear, normalmente, y lo haya hecho efectivo. Solo no acaba de convencerme que lo haya retirado tan apresuradamente. Existen aún comentarios del señor Ibarra, que no se han digerido ni falta que hace digerirlos. Este cartel, repito, que en el caso de ofender solo ofende a esos niños que muestra la imagen, es la reacción a la acción, es el resultado de un desacierto constante y consentido de Ibarra a Catalunya que tarde o temprano tenía que repercutir en quien empezó este sardónico juego.
Ibarra, ha sentido vergüenza públicamente de los ricos segregacionalistas catalanes.
Ibarra, hace pública su opinión de que la reforma del Estatut es ofensiva para la dignidad de los extremeños.
Ibarra, dice de Maragall que se levanta de la mesa antes para no pagar la cuenta.
Ibarra, opina públicamente que Carod es tonto porque solo un tonto se cree que con el 16% de los votos puede decidir algo.
Etc…
Reír juntos, o reír los últimos. En cualquier caso, más vale no ser gracioso cuando no se sabe aceptar candongas.