Leyendo el texto que Mist escribió en su blog que se relaciona con otro que he leído este mañana, me he dado cuenta que me faltaba espacio para comentar lo que quería. Aprovechando este subidón de intenciones me voy al Word, que es donde acaba todo lo que me apetece ampliar un poco más. Hay textos, que te invitan a pensar, los hay que te hacen sonreír como cuando saboreas un delicioso helado sin saber explicar el por qué de tal deleite y, los hay, que te motivan una parrafada.
Entre otras cuestiones, comenta Mist, que la crisis de valores no existe, lo que hay, dice, es el declive de algunos valores y la cotización al alza de otros. Muy bien razonado, ya que un detalle como este, cambia y bastante la percepción del fondo. Porque, si los valores están en crisis, significa que hay un cambio muy profundo, significa casi una revolución de un determinado comportamiento social. Se hundió la barca o se extravió el timonel, o, no hay ni barca ni timonel. Si es que se da la situación de que algunos valores están en crisis, y otros en alza, es que nuestros pilotos son otros y nos han cambiado el rumbo, y lo hemos seguido por voluntad o ignorancia a pies puntillas, pero, seguimos yendo en barca. Sea como sea, estamos ahí, no hay ninguna revolución y errados o no, solo nos queda avanzar, desembarcar, o recular un poco y calcular mejor.
Todo esto me recuerda, nuevamente, aquella conversación con una madre que se sentía inexperta después de haber consultado un libro manual escrito por el doctor Estivill y otro que defendía lo contrario, y que creo haber comentado antes aquí. Unido todo, me abona una idea que conecta con el cambio de valores en nuestra sociedad. Hay manuales de cualquier tipo, incluso manuales para enviar los niños a la cama, pero no son adecuados para todos las personas, y solo deberían ser leídos por personas muy ineptas. Por los que están muy lejos de realizar cualquier empresa, o de ser padres, y no cuentan con un mínimo de voluntad y probabilidades para hacerlo bien, lo saben y quieren superarlo. Ejercer de padres, no es fácil, pero, tampoco se trata de complicarlo más de lo que es. Y como existen padres y madres, que en vez de aplicar la sensatez cuentan hasta mil antes no toman la decisión de encajar su vida a la de sus hijos y de hacer lo necesario para que sus hijos delicada, tierna y terminantemente encajen en la suya, tiene que haber manuales a punto y a propósito comercializados.
Espero, creo y diría, que no hay tantos padres incapaces, pero, los que hay, no deberían ser la inspiración de más libros, tampoco. Lo corriente puede llegar a ser lo muy extraño si no situamos a lo lógico donde se merece. Lo lógico, puede convertirse en anormal si no lo rescatamos de la penumbra que lo oculta a menudo. Y de eso se trata, precisamente: de navegar un poco, vale; y de pisar tierra firme, también.