Poetas
El triunfo de las letras
Estás cansado y no ves bien
algunos te esperaban y no llegaste a tiempo
algunos te esperaban
abrirían sin miedo la puerta
abrirían sin miedo tu corazón
y tú también pero eres torpe
pierdes las señas que te dieron
pierdes el regalo en el viaje
y terminas llorando
en un bar.
Adiós
la intensidad te excede
la altura te da miedo
el sol te aplasta si te encuentra
tal vez tienes razones para huir
para estar aterrado.
Te pegaron mucho
de grande.
El golpe
Antes de que ocurriera
todo era más simple.
Antes de que ocurriera
vivir era más fácil,
el sol era más limpio.
Antes de que ocurriera
el caracol subía la pared.
Cuánto dolor en la pared.
Cuánto dolor en todas partes.
Antes de que ocurriera
yo no sabía nada.
A veces, hay suerte y damos con algo sin buscarlo. Buscando el significado de "monzoniano", he dado con Raúl Gustavo Aguirre, poeta, antólgo y crítico argentino nacido en 1927. Estos poemas y otros corresponden al libro Señales de vida.
Aman_Ceder
Reconozco el atrevimiento por mi parte porque no soy analista política, pero observo desde hace mucho tiempo más que participo en el mundo que rodea la política, así que puede que siga sin entender de política pero al menos creo enterarme de ciertas tendencias que gobiernan en nuestra sociedad antes de qué estas se manifiesten o como en el caso de ayer, silencien su voz para decir con voz clara y contundente algo asi como: ¡No! Y Como vivo y observo en Catalunya, hablaré del único abandono que reconozco, el catalán.
Pujol, Jordi, se fue hace años y con él se llevo un género en el arte de hacer política, muchas veces sin escrúpulos de ningún tipo porque Pujol era la política encarnada en hombre. Y la política era a Pujol como el zapato de cristal a Cenicienta. No había nada en éste Caballero político, absolutamente nada que hiciera sospechar una infidelidad hacia su eterna amante, Catalunya. Y a esta sociedad le gustan las historias de lealtad, a ésta sociedad le gustan las historias de Princesas, Dragones y Caballeros, aunque sea a costa de que en nombre del mismo amor el ferviente Caballero a lomo de su caballo destruya con pasión pero sin compasión a todo rival que pudiera arrebatarle el deleite y la satisfacción de serlo después de él mismo,por muy digno que éste fuera para suplirle. Pero este comportamiento quizá novelesco y estoico pero también castrante y fatuo, tiene un coste cuando el amante se esfuma: Deja viuda a la amante y suspendida para siempre a vivir la pasión en la memoria pero nunca más en la situación. Pujol, hizo escuela, hizo discípulos pero no los formo lo suficiente para ser maestros. A Catalunya se le pueden pasar por alto muchas referencias, muchos intereses ocultos, puede ser generosa, egoísta,ignorante, afable, puede ser incluso cruel , pero nunca se convertirá en la ex-amante desmemoriada, antes se hundirá en el olvido, en el silencio y se irá transformando en una eterna contempladora del amor eterno encarnado en otros , otros, que en nada se le parecen, en nada convienen, en nada se complementan pero que parecen reflejar la idea de imaginar el amor tal y como ella lo sintió y vivió una vez. Catalunya parece muerta ahí dormida esperando un beso. Quizá espera a otro amante y no resucitará hasta el día que todos los amantes que la cortejan hayan entendido la idea que la princesa tiene del amor, una idea que no es más que la de entregarse únicamente a un maestro en el arte de amar. Antes, escogerá ser la bella durmiente que concederse a la mediocridad de unos alumnos eruditos pero poco ejercitados.
Quizá murió para siempre la idea, el amante y la princesa
al filo de lo imposible
Sentir desprecio a la humanidad es sentirse despreciable. No puedes odiar a un colectivo que no conoces sin sentir antes odio hacia ti mismo, como no puedes confiar en ésta multitud abstracta sin antes saberte sólido en tus razonamientos o empresas. Quien arrea contra los hombres siendo un hombre se siente un hombre ruin. La mujer que desconfía de las mujeres se siente traicionera. La vida, la literatura, la política o cualquier expresión que requiera articular un esfuerzo, afecto o un minucioso análisis necesita una motivación, necesita un objeto y un propósito. Necesita un cuerpo y un pecado o la virtud y el cuerpo que lo simboliza. Sino, no hay arte, no hay inspiración, no existe la exaltación ni la creación. Solo hay intereses o beneficio y queda el vacío que acaba haciéndose palpable a pesar de su engañosa transparencia. Sentir el orgullo de ser hombre, sentirse orgullosa de ser mujer, sentir la cercanía del prójimo y tener la valentía de reconocerlo, de distinguirlo y valorarlo en cualquier lugar donde se halle y en cualquier sitio donde puedas descubrirlo.
ayer
- Nací en una familia de clase media barcelonesa; volvimos a vivir en el Eixample después de que mi padre sufriera el exilio republicano tras la guerra.
- Eran ustedes judíos catalanes.
- Soy agnóstico aunque hice la Barmitzvá como buen judío. Por lo demás, mi infancia transcurrió como la de cualquier chaval.
- ¿Sabía hebreo?
- Lo aprendí después en los ulpan, una especie de kibutz, en los que hacíamos inmersión lingüística en hebreo, además de trabajar. Era duro, pero eficaz: hasta que sueñas en hebreo no te sueltan. Fue el modelo que copió la Generalitat después para su inmersión lingüística escolar en catalán.
- ¿Cómo se hizo militar israelí?
- Para poder ser ciudadano israelí. Todo empezó cuando a los 18 años fui de vacaciones a Israel con unos amigos y trabajé en un kibutz. Allí me reencontré con un sueño que todavía existía: una comunidad solidaria y una experiencia de colonización como la de los pioneros americanos.
- Pero siempre con las armas en la mano.
- Eso vino después. Yo iba y venía desde el kibutz a Barcelona para hacer los exámenes y así es como pude acabar Derecho aquí.
- ¿Estudió también en Israel?
- Estudié Historia en la Universidad y al fin me acogí a la ley del Retorno, que garantiza la nacionalidad israelí a cualquier judío que la solicite. Y así me dieron el pasaporte.
- ¿Y las armas?
- Con el pasaporte llega la citación para el servicio militar... ¡Y no era una mili como las que hacían aquí! Aquello era muy duro.
- ¿Y a usted le iba el ardor guerrero?
- No, pero el ejército era y aún es la columna vertebral de la sociedad israelí y yo quería integrarme. Piense que cuando pides un trabajo en Israel, lo primero que revisan es tu hoja de servicio militar: una cobardía o un destino de enchufe pueden marcarte de por vida y, al contrario, una buena carrera puede garantizarte el éxito en los negocios.
- ¿Dónde le destinaron?
- Los psicólogos militares israelíes tienen justa fama de acertar al encajar cada personalidad en una unidad determinada. A mí, tras el durísimo campamento inicial, me enviaron como soldado a una unidad de reconocimiento en el norte.
- Y ha llegado usted hasta coronel.
- En el Tsahal se asciende rápido. Ehud Barak, el ex primer ministro, era general de división a los 43 años. Todos nos jubilamos a los 55. No es raro que un coronel caiga en combate, porque estamos en primera línea.
- ¿Cuánto tiempo estuvo en activo?
- De los 19 a los 33: 12 años seguidos de servicio. Ahora estoy en la reserva activa.
- Supongo que entró en combate.
- En varias guerras y en las dos intifadas.
- ¿Mató a alguien?
- No responderé a esa pregunta.
- ¿Cumplió sus misiones?
- Lo mejor que pude. Un día recuerdo que había estado combatiendo al amanecer y cogí un avión de permiso y por la noche me estaba tomando una horchata en la rambla Catalunya, pero me sentía muy mal...
- A veces el cuerpo vuelve antes que el alma.
- Yo todavía oía los cañonazos en el tráfico de la calle Aragó. Me sentía muy solo entre mis amigos que hablaban de la liga y del Barça cuando yo había estado en combate.
- ¿Por qué volvió?
- Ya tenía 33 años y todos mis compañeros de la facultad tenían buenos trabajos y progresaban. Yo notaba que me quedaba atrás y abandoné el servicio activo para volver a Barcelona y retomar mi vida profesional.
- ¿Encontró trabajo?
- En el sector editorial, en ventas. Fui progresando en el sector hasta que llegué a director comercial de Editorial Salvat.
- ¿Y seguía yendo a la guerra?
- Sólo cuando me movilizaban, porque yo residía fuera. Si vives en Israel cada año, como reservista haces 45 días de mili anual.
- ¿Por qué dejó Salvat?
- Las multinacionales tienen sus dinámicas que yo no siempre entendía. Así que fundé mi propia editorial, Inédita Editores.
- ¿Qué la caracteriza?
- Historia militar amena y rigurosa sin militarismo, ni sectarismos, ni batallitas. Hemos editado, por ejemplo, el último libro del ex primer ministro Villepin sobre los cien días finales de Napoleón.
- ¿Por qué Israel perdió su última guerra?
- El Tsahal ha estado demasiado tiempo haciendo de policía interior y había descuidado Líbano, donde Hizbulah, con la ayuda de Siria e Irán, ha forjado un buen ejército.
- Pero ustedes eran los amos.
- Fallamos en la información precisamente y la movilización también fue un desastre además de que el jefe del estado mayor ya dimitido, el general Dan Halutz, creía la fantasía de ganar una guerra sólo desde el aire. Pero creo que hemos aprendido.
- ¿Por qué no le dan también una oportunidad a la paz?
- Con Shlomo ben Ami y Amos Oz...
- Ambos defendieron la paz en la contra.
-... Creo que, por ahora, deberíamos empezar por intentar cohabitar sin violencia para que tal vez nuestros hijos puedan convivir algún día. El problema es que los árabes sólo tienen la guerra o la miseria y les es fácil escoger las armas, pero Israel es un país cansado de guerras. Los israelíes preferirían la discoteca y la pizzería, créame, pero ahora mismo nos están lanzando cohetes desde Gaza...
- ¿Usted prepara de nuevo su uniforme?
- Me temo que otra vez este verano seremos movilizados. Y, créame, yo sería mucho más feliz si pudiera seguir con mis libros.
No voto
¿A alguien le importa mi voto? Yo diría que solo me importa a mi, pero teniendo en cuenta que mi voto sumado al de mi vecino de arriba, al de mi vecina de abajo y al de los vecinos del primero segunda, situará a uno de los 6 candidatos en el Ayuntamiento cuatro años más, quizá si importe que lo dé o a quien lo de ; algo debe importar cuando se están esforzando tanto en explicarme sus particulares desvaríos para una ciudad que ya ha despertado al caos. ¡Lástima de mi ciudad! Y que nadie interprete éste mi como un sentimiento de posesión, sino más bien como un sentir de lealtad entre mi ciudad y yo, o viceversa. Hasta no hace mucho, pasear por Barcelona era un placer, era sentir su idiosincrasia a flor de piel, era sentir un orgullo indescifrable hacia un no se qué impalpable. Pasear por su Passeig de Gràcia una mañana laborable y descender por Las Ramblas hasta llegar al puerto era un exquisito bocado a bajo coste. Sentarse la misma mañana en una de sus terrazas y ser correctamente atendido era posible Ahora, no. Ahora pasear, sigue siendo posible pero has de sortear cuerpos de miles de curiosos llegados de distintos lugares de la geografía y unirte a paso lento a una procesión que va hacia aquí o hacia allá muchas veces sin detenerse en lo más encantador de ésta ciudad que crece en visitas, maltratos, ingresos y residentes pero no en kilómetros cuadrados mientras parece asfixiarse lentamente entre dicha multitud.
Cada uno de los candidatos tiene varios proyectos para ella, para engalanar su reducido espacio con más ambiciosos proyectos que atraigan a más turistas aún o para arrebatarle algunas menudencias que la han convertido en lo que es. Unos, sueñan con un nuevo zoológico que mire y toque al mar, otros, prefieren soñar con un recorrido verde que enlace su zona baja con su zona más alta. Otros,apelan al más barato populismo y la imaginan con más bicicletas, más pies que caminen y más metros que la asistan pero siguen olvidando explicar cómo pretenden conseguirlo. Y ninguno la sueña tal y como era cinco o seis años atrás. Ninguno renuncia a estos nuevos y atractivos ingresos ni aceptaría a hacerlo, ninguno quiere situarla donde ya había estado y la hacía distinguida entre las más grandes y espléndida entre las pequeñas. Aún no he oído plantear una solución clara y valiente ante la avalancha indiscriminada y cruel que sufre de visitantes atraídos por coloridos folletos y ofertas de todo tipo. Barcelona no quiere crecer más, pero la entregan rendida para alargar o ensancharla sin piedad, para embutir o vaciarle su esencia y ofrecer su encanto a unos pocos que llegaron no hace mucho cargados de euros dispuestos a hacerla suya completamente a cambio de situarla en la lista de honor que no es más que una manera de entregarla a los poderosos. ¡ Lástima de mi ciudad! Nadie te ha escuchado ni ha atendido tus súplicas. No votaré a nadie porque entre los candidatos no hay ninguno que te merezca: Todos son conocidos, y todos te han vendido.Ventanas de Galeano
Ventana sobre la historia universal
Hubo una vez que fue la primera vez, y entonces el bicho humano se alzó y sus cuatro patas se convirtieron en dos brazos y dos piernas, y gracias a las piernas los brazos fueron libres y pudieron hacer casa mejor que la copa de un árbol o la cueva de paso. Y habiéndose erguido, la mujer y el hombre descubrieron que se puede hacer el amor cara a cara y boca a boca, y conocieron la alegría de mirarse a los ojos durante el abrazo de sus brazos y el nudo de sus piernas.
Ventana sobre la memoria (III)
Quien nombra, llama. Y alguien acude, sin cita previa, sin explicaciones, al lugar donde su nombre, dicho o pensado, lo está llamando.
Cuando eso ocurre, uno tiene el derecho de creer que nadie se va del todo mientras noo muera la palabra que llamando, llameando, lo trae.
Ventana sobre una mujer (III)
Nadie podrá matar aquel tiempo, nadie nunca podrá: ni siquiera nosotros. Digo: mientras estés, donde estés, o mientras esté yo.
Dice el almanaque que el aquel tiempo, aquel tiempo, ya no es; pero esta noche mi cuerpo desnudo te está transpirando.
Eduardo Galeano. Del libro “Las palabras andantes”. (y enviado por Iván)
malas lenguas...
Me contaba ayer, impresionado quien me lo explicaba, que la mujer de Sarkozy votó en estas últimas elecciones a Ségolène Royal. ¿Dónde está la sorpresa? A mí, me parece de lo más lógico ideologías aparte. Porque votar al propio esposo, al compañero de vida, al mismo que cada día ves en calzoncillos rondar por casa, o al mismo que oyes aullar en vez de respirar cada noche que duerme contigo, darle el voto al mismo que olvida vuestro aniversario o que se avalancha ante el televisor cuando no marca su equipo favorito, darle al que discute contigo por naderías que son las mismas de hace quince años, votarle y confiar que sea el hombre que saque a todo un país a flote, sería lo que me parecería una verdadera sorpresa. Esperar tal hazaña de éste hombre con el cual mantienes una vida más o menos acomodada atiborrada de bellos recuerdos y también de amargos, del mismo hombre con el cual se ha esfumado más de un lustro esperando alguna maravilla que no llega ni llegará ya, no es serle fiel es ser idiota, a no ser que lo que esperes sea un reconocimiento a tu propia persona por estar ahí después de tantos años; o alguna perversa gloria inconfesable. En cualquier caso, ninguno de los dos motivos serían suficientes. Así que lo más adecuado y sensato es votar al contrario, en este caso la contraria, y esperar así, seguir esperando, que al menos vuestra intimidad no sea proyectada a la vista de millones de personas y sus energías (las de tu esposo), las pocas o muchas que le queden, se dispersen más de lo que ya están y sus facultades queden más mermadas hasta el punto de desaparecer. Esto sería echar piedras sobre el propio tejado. Votarlo, señalarse, sería puro masoquismo. Así que no, no me parece insólito ni sorprendente que la mujer de Sarkozy haya confiado su voto a una mujer y menos si corre y cala por ahí el rumor de que dicha mujer ha estado a punto de llegar a la presidencia de su país, según las absolutistas y pérfidas lenguas, por despecho hacia su propio esposo.
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Hace de su texto una queja hoy en la Vanguardia, Laura Freixas. Se queja de que los medios anuncien a las mujeres que son noticia siempre como compañeras, esposas, hermanas o hijas de “ “. Lamenta que siempre que una mujer apoya una ideología, alcanza o aspira a llegar hacia algún posicionamiento de poder este sea motivado por razones o condiciones ocultas que nada tienen que ver con un ambicioso proyecto ni mérito personal. Aún pulula en nuestra época aquel dicho que decía que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y que no es otra cosa que decir que si un hombre tiene éxito es porque su compañera, ha sido lo suficientemente resignada, buena y aplicada en su cometido de esposa y ha sabido renunciar a su propio ego en aras a la superación de su marido que siempre es una garantía para que confluya en el bienestar de toda de la familia. Se queja y con razón. Porque yo también siempre me he preguntado si esa gran mujer a la que hace referencia dicha sentencia que ha marcado casi siempre para mal muchas relaciones de pareja, no era la Mamá. Y porque si ésta frase tuviera fundamento, detrás de muchas mujeres habrían miles de capullos vedándoles el camino. ¿ Y eso duele, verdad? ¿No sería mucho más lógico pensar que el mérito de que un hombre o una mujer sean personitas de provecho en éste mundo, es gracias a su madre? Aunque me niego a sostener que si un hombre o mujer nunca llegan a alcanzar lo que desean, la culpa sea de su madre. ¡Eso nunca! Así que detesto esa frase y la censuro para siempre.
Conclusión: Madre solo hay una; motivos, hombres y mujeres detrás, quien sabe.
Roque
(desde la web que me ha enviado LLuís:aquí)
Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos. Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza.
Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio, y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana.
No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.
(fragmento de Memoria de Fuego. Eduardo Galeano)
"Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre, porque se detendría la muerte y el reposo...
Cuando sepas que he muerto, di sílabas extrañas. Pronuncia flor,abeja, lágrima, pan, tormenta. No dejes que tus labios hallen mis once letras. Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio"
Roque Dalton
Gràcies
Yo, soy frívola muchas veces, tanto, que soy capaz de reírme ante el disgusto y narices de alguien muy enfurecido , o de irme a la peluquería a cortarme el pelo cuando debería estar aprendiendo inglés, francés o cualquier cosa que fuera parte de un proyecto u objetivo más ambicioso. Soy baladí cuando me compro ropa para un viaje o mis sueños se reducen a un placer esporádico que casi siempre se salda entre dos segundos y quince minutos, depende. Lo soy también, cuando me siento contenta de que la mano de un político catalán ya mediático e instalado en Madrid estreche la mía, haya curiosos observando la escena y me siento fugazmente la Boina Azul, de Ros. Lo soy, cuando me pongo a escribir sin saber de qué o el por qué por el puro placer de hacerlo y esperar que alguien lo lea sin mérito por mi parte, o cuando miro un programa basura por el simple deleite de mirar por la rendija del aparato parte de estas miserias que son como las mías pero mucho más retorcidas y extravagantes. Pero hay ocasiones que la frivolidad de otros me molesta en grado extremo, hay veces que no me queda otro remedio que sentirme la abanderada de algo que me queda lejos pero que siento a dos pasos de mi. Hay ocasiones en las que no puedo hacer otra cosa que arañar un comentario que además de frívolo es irresponsable porque éste puede complicar la existencia de una, dos, tres o cientos de personas si no hay alguien que lo desgarra. Dicha rasgadura cumple únicamente la función de enfrentar con su opinión casi anónima, al perro que ladra asustado mientras otros se unen a éste sin otra intención que defender una causa que no es la suya pero con la que se amistan por distracción o celo, pero sin razón ni motivo. Hay veces, que este comportamiento tan afincado en mi y que no consigo soslayar del todo, tiene suplemento, y hay otras, las más, que no. De todas las veces que me he enfrentado a frivolidades de éste tipo o de otro, casi nunca he sacado nada sino el puro placer de rebatir y no dejar que ésta estuviera sola y soberana campando a sus anchas quien sabe dónde y cómo. Quizá sea una más de mis vanidades, quizá sea solo una ingenuidad adaptada a mi talante, a mis sueños, a mis delirios que casi nunca se hallan en una cazuela ni en un ovillo de lana. Sea lo que sea, casi nunca cumple su cometido pero a veces, obtiene regalo y sorpresa. Hoy, es ésta:
Tomar partido
Todo está en el juego, quizá
Decía Ribeyro que no hay cruzadas ni conflictos nuevos, que los que parecen nuevos no son otra cosa que la continuación de los de ayer defendidos por otras ideologías, tocados por diferentes instrumentos y motivados por distintos pretextos. Que lo que sucede es que la historia ha perdido el rumbo, se ha extraviado y que los hombres y el mundo han perdido la memoria. Que los expertos se afanan en buscar las reglas que justificaban la historia pero que solo hallan los retazos. Ribeyro, según los especialistas en Ribeyro, era un escritor (o filósofo, tal como a él le hubiera gustado ser recordado) pesimista, o al menos con una mirada fea sobre la vida y los humanos, pero leyendo alguno de sus fragmentos, no puedo hacer otra cosa que sentir una especie de esperanza en el ser humano, o al menos, sentir en su escritura una calurosa compañía que no me descubre nuevas escuelas ni nuevas soluciones, pero sí me narra las existentes desde un punto de vista honrado, bien expresado y sobre todo, descifrable: “ El hombre es un animal solitario, si cree en algo se engaña, si procura algo fracasa, la vida es un proceso irremediablemente destructivo; la historia de la humanidad un melancólico disparate. “
Y todo esto lo enlazo con Prima línea del meu cor (la delgada línea de mi corazón) que escribió Sostres hace no mucho para describir de una manera melódica y también clara, lo complicado que es saber mantenerse en la línea adecuada y seguir recto sin doblarse. Y reparo que todos sentimos, como dice Ribeyro, las mismas angustias, nos alegramos por las mismas azañas y nos guiamos por palabras, hechos y sentimientos ya existentes. Nada nuevo bajo el sol. Nada nuevo, de acuerdo, pero lo viejo es mirado por distintos ojos, esculpido o destruído (por qué no?) con otras manos más o menos escrupulosas y adornado de una estética muy particular. Entonces, recuerdo lo que pasó ayer y me exaltó, y lo acoplo a lo que escribió aquel profesor y me emocionó, y todo ello lo declaro como una sugestiva coincidencia que no me desvía de mi cauce ni intercepta el de otro,sino que la continua y estira para perpetuarla, si puede ser. Simplemente es la coincidencia que hace compañía en solitario, y se eleva como la planta salvaje que resiste entre ruinas, entre animalillos mal heridos o muertos y sólo reclama un espacio para alzar su casa allí donde reina el desastre porque hay que empeñarse en vivir, a pesar de todo.
"Nosotros somos como la higuerilla, como esa planta salvaje que brota y s emultiplica en los lugares más amargos y escarpados. Véanla como crece en el arenal, sobre el canto rodado, en las acequias sin riego, en el desmonte, alrededor de los muladares. Ella no pide favores a nadie, pide tan solo un espacio para sobrevivir. No le dan tregua el sol ni la sal de los vientos del mar, la pisan los hombres y los tractores, pero la higuerilla sigue creciendo, propagándose, alimentándose de piedras y de basura. Por eso digo que somos como la higuerilla, allí hace su casa porque sabe que allí podrá tambioén vivir. Nostros la encontramos al fondo del barranco, en los viejos baños de la Magdalena. Veníamos huyendo de la ciudad como bandidos porque los escribanos y los policías nos habían echado de quinta y de corralón en corralón. Vimos la planta allí, creciendo humildemente entre tanta ruina, entre tanto patillo muerto y tanto derrumbre de piedras, y decidimos levantar nuestra morada " (Fragmento del cuento El Acantilado. J.R.Ribeyro)
Pide y te será dado:
Excelentísimos señores:
En respuesta a su pedido de informaciones adicionales declaro: en el ítem nº 1 sobre mi participación en los acontecimientos, mencioné: “tratando de ejecutar la tarea y sin ayuda”, como la causa de mi accidente. Me piden en su carta que dé una declaración más detallada, por lo que espero que lo que sigue aclare de una vez por todas sus dudas.
Soy albañil desde hace 10 años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en construcción en esta ciudad. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 kilos de ladrillo. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril, y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba fijada en una viga en el techo del sexto piso.
Bajé hasta la planta baja, até el barril con una soga y, con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga, y la agarré con fuerza de modo que los 250 kilos de ladrillo bajasen suavemente (debo indicar que en el ítem 1 de mi declaración a la policía he indicado que mi peso corporal es de 80 kilos). Sorpresivamente mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré más aún a la soga mientras ascendía a gran velocidad.
En las proximidades del tercer piso me encontré con el barril que bajaba a una velocidad aproximadamente similar a la de mi subida, y me fue imposible evitar el choque. Creo que allí se produjo la factura del cráneo.
Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A esta altura (de los acontecimientos), ya había recuperado mi presencia de espíritu, y pese a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril chocó contra el piso, su fondo se partió, y todos los ladrillos se desparramaron.
Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kilos. Debido a un principio simplísimo comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Aproximadamente al pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino estoy casi seguro se produjeron las fracturas de tobillos y de la nariz. Este choque felizmente disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladrillos sólo me quebré tres vértebras.
Lamento sin embargo informar que, cuando me encontraba caído encima de los ladrillos, con dolores insoportables, sin poder moverme y viendo encima de mí el barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga., descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándoseme las dos tibias.
Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente.
Será justicia.
(Página 33 REVISTA TRASFONDO)
Prosas apátridas
Los dos barrenderos franceses de la estación de metro, con sus overoles azules hablando en argot, gruñendo más bien, acerca de su trabajo. ¿En qué los ha beneficiado la Revolución Francesa? Escala ínfima de los ferroviarios. Inútil preguntarles qué opinan sobre la guerra de Vietnam o la fuerza nuclear. Son justamente los tipos que hacen fracasar los sondeos de la opinión. Los dos barrenderos franceses de la estación de metro, con sus pública. ¿Culpa de ellos? ¿culpa del sistema? Cabe pensar que la Revolución Francesa, toda revolución, no soluciona los problemas sociales sino que los transfiere de un grupo a otro no siempre minoritario. Este endoso no se produce necesariamente en el momento de la revolución, sino que puede diferirse durante años y decenios. Es cierto que 1789 produjo la burguesía más inteligente del mundo, pero al mismo tiempo miles de epiceros, de conserjes y de barrenderos de metro.
Lo fácil que es confundir cultura con erudición. La cultura en realidad no depende de la acumulación de conocimientos incluso en varias materias, sino del orden que estos conocimientos guardan en nuestra memoria y de la presencia de estos conocimientos en nuestro comportamiento. Los conocimientos de un hombre culto pueden no ser muy numerosos, pero son armónicos, coherentes y, sobre todo, están relacionados entre sí. En el erudito, los conocimientos parecen almacenarse en tabiques separados. En el culto se distribuyen de acuerdo a un orden interior que permite su canje y su fructificación. Sus lecturas, sus experiencias se encuentran en fermentación y engendran contínuamente nueva riqueza: es como el hombre que abre una cuenta con interés. El erudito como el avaro, guarda su patrimonio en una media, en donde sólo cabe el enmohecimiento y la repetición. En el primer caso el conocimiento engendra el conocimiento. En el segundo el conocimiento se añade al conocimiento. Un hombre que conoce al dedillo todo el teatro de Beaumarchais es un erudito, pero culto es aquel que habiendo sólo leído "Las Bodas de Fígaro" se da cuenta de la relación que existe entre esta obra y la Revolución Francesa o entre su autor y los intelectuales de nuestra época. Por eso mismo, el componente de un tribu primitiva que posee el mundo en diez nociones básicas es más culto que el especialista en arte sacro bizantino que no sabe freír un par de huevos.
Ya se verá
Hablando de Meri
Perspectivas
No sé si es habitual, pero yo quedo fascinada cuando leo relatos de chicos y chicas jóvenes deliberando sobre la maternidad, las elecciones en Francia o sobre una sentencia de Maquiavelo.
Cuando tu o yo decimos que ser madre no es contratar a la mejor institutriz para que los recoja en la escuela, los bañe, les de la cena y acueste mientras tu estás en una cena un día, otro de viaje con tu jefe y otro día en un centro termal desintoxicándote la piel, sino que ser madre significa ir a toda prisa saltando del trabajo a comprarles la merienda y darles ésta tu misma a la salida del cole, o saltarse alguna buena norma sirviéndoles de nuevo esos macarrones que adoran en vez de verdura, o quiere decir hacerte la medio dormida cuando en realidad llevas esperando desde hace dos horas con angustia el ruido de esas llaves que por fin suenan en la puerta tan precisas la primera, la segunda, la tercera y todas las noches que tus hijos salen solos de casa y aliviada solo dices buenas noches, no estamos diciendo algo extraordinario . Cuando tu o yo, decimos que es quizá en la vejez cuando por fin asimilamos las ausencias sin sentir ese dolor punzante en el estomago que nos desgarra por dentro, y que es en la vejez seguramente, cuando concebimos por fin el amor como un regalo y no como una posesión y que la dependencia solo es aconsejable cuando uno no puede ser responsable de sus propios actos, no es que seamos muy inteligentes o que hayamos leído a Epicuro y nos tengamos por sabios. Si decimos todo esto tu o yo, es porque hemos vivido lo suficiente y aprendido a soportar el dolor de las ausencias, las impotencias de aquellos deseos imposibles, y a filtrar los incómodos recuerdos porque ya son unos cuantos.
Pero si reflexiones parecidas, surgen de la mente de un chaval de 18 o una chica de 20, que ni son viejos ni madres, podemos maravillarnos, podemos creer en la vida y en la eternidad, en Epicuro o en Sartre. Podemos tener esperanza porque es esa esperanza la que nos justifica y reconforta, al fin y al cabo.
Libertad
els avis tenien una dita també per això: "tal faràs, tal trobaràs". Crec que hi han persones que oposen per defensar la seva llibertat que té molt a veure amb la soledat. Perquè no veig molt clar que es pugui ser realment lliure amb vincles afectius potents. Queixar-se, no es postular per allò que fem queixa, és com el plor, una expressió. I la soledat moltes vegades es una elecció : Avui deixes tu, i una altre dia et deixen per el mateix que tu vas deixar. El no compromís cap alguna cosa o persona que la por a perdre allò que més volem, no ens deixarà coneix er mai. Després, aconseguida per fi la llibertat, potser vindrà l’enyorança.
Qué pocas son las personas que han defendido su libertad y la han encajado hasta sus últimos días con dignidad. Puede que Josep Pla fuera una de esas personas, pero si pensaba realmente que las únicas mujeres con las que podía sentirse libre y excelentemente tratado eran las putas, me temo que no solo lo acompañó una idea sino también muchos prejuicios. En cualquier caso me parece curioso, o no tanto, que tengamos los seres humanos tanta capacidad para olvidarnos de lo que un día defendimos a capa y espada: Si luchas por tu libertad a muerte, ¿por qué deseas estar atado a un compromiso ahora? ¡No te lamentes, al menos no cargues contra las personas que te abandonan por no saber hacer otra cosa a estas alturas que acapullarte entre tu libertad y tu hastío! Ha sido tu elección, tan válida como la de un misionero, o la de un campeón de natación ¿La has olvidado? Tienes derecho a lamentarte, tienes derecho a arrepentirte, tienes derecho a la pena y a la añoranza, pero no tienes derecho a olvidarte de tu sueño, por muy lejano que esté ahora, precisamente porque lo has conseguido
No cabe duda de que una capital ha de ser magnánima en casi todo, sino, no sería la capital. Ha de albergar museos, una buena infraestructura en transportes públicos, disponer de plataformas de distribución, hoteles con capacidad y calidad suficientes, dinamismo, oferta de ocio donde elegir, etc…Todo lo que le haga falta pero no de más. Madrid cumple con estos requisitos de manera sobrada, pero quizá Madrid no sea la ventana de su país ni por lo que representa ni por lo que contiene. Estando y viendo Madrid, un foráneo puede confundirse. Puede pensar que se halla en un país honesto, donde no hay carencias básicas, y al que le sobra eficacia y luces en todos los campos y sectores. A no ser que en éste su país que representa con más orgullo que cariño, le importe un bledo que en Madrid se encuentre una exagerada autovía para llegar a una monstruosa terminal (T-4) mientras ellos no tienen una digna vía para acercarse a la ciudad más próxima de su olvidado pueblo de residencia, a no ser que en éste su país al que succiona sin piedad, le importe poco no tener ni un merecido centro hospitalario próximo, o unas universidades donde puedan estudiar sus jóvenes, se podría decir que la rimbombancia de Madrid es forzada, robada y disiente con la labilidad de su querida España. Barcelona, no representa tampoco a ésta España, pero no lo ha pretendido nunca ni pretende. Y lo que contiene, no ha sido sustraído a otros, lo ha pagado de sobras. Se lo ha currado con el trabajo de los ciudadanos que han venido hasta ella o que ya estaban con ella. Ha pagado lo que le correspondía y le ha sido devuelto siempre menos de lo que había dado. Pero su energía, y su no pensar en depender de los demás, la han situado sin desmanes ni extravagancias, sin desvergüenza ni ponderaciones en el lugar donde se encuentra. Un segundo y merecido lugar que sigue debatiéndose entre el andar en solitario o depender de lo que política y civilizadamente le sea devuelto. Quizá Barcelona desde Catalunya esté esperando mirar a Europa y que sea Europa quien la mire con más ternura que lo ha hecho España, quizá los hombres que la han representado políticamente no hayan estado a la altura de sus gentes y les hayan estafado como a chinos haciéndoles creer que eran ciudadanos de primera, cuando han sido solo las bujías de un motor que ha arrastrado a una máquina deteriorada, perezosa y con más apariencia que eficacia. En cualquier caso, Barcelona ha sabido administrar con cordura lo que ha recibido, Madrid, está en deuda quien sabe hasta cuándo, con sus representados.